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Expresión
Oral Emergente en los Estudiantes Durante la Interacción Social
Autores: Yuraima Margelis Matos
de Rojas
Universidad Nacional
Experimental Simón Rodríguez, UNESR
Yvo Antonio Barreto
Andrade
Universidad Nacional
Experimental Rafael María Baralt, UNERMB
María Martina Mejía de
Cordero
Universidad Nacional
Experimental Rafael María Baralt, UNERMB
Gaby Angélica Terán
Viera
Universidad Nacional Experimental
Rafael María Baralt, UNERMB
Trujillo, Venezuela
Resumen
Durante
el accionar educativo se dan procesos interactivos entre los estudiantes,
permitiendo distinguir expresiones orales, relacionadas con la forma de
comunicación interpersonal que se da entre los estudiantes, en la cual utilizan
calificativos para identificar y caracterizar a sus compañeros, lo cual puede
beneficiar y/o afectarle. De allí que el propósito de la investigación fue:
Develar las expresiones orales que emergen entre los estudiantes para una
cualificación valorativa en su interacción social. Metodológicamente se abordó
desde una visión cualitativa fundamentada en el método etnográfico, con una
población de 38 alumnos; desarrollada en cuatro fases: (1) acercamiento a la
realidad, (2) recolección de información, a través de la observación y la
entrevista; (3) análisis de la información y (4) elaboración del informe final.
Del proceso de análisis de la información, se construyeron categorías, tales
como: el burlón, el/la craniecito(a), el molestón/fastidioso, el/la
solidario(a). Calificativos estos, que según los alumnos eran característicos
por su manera de actuar. Entre los valores manifestados se tienen la amistad,
el respeto, la sinceridad, el compañerismo. De igual manera, contravalores,
tales como; irrespeto, desorden, burla, ofensa, indisciplina, entre otros. Por
lo que se recomienda propiciar actividades que le permita al estudiante valorar
y respetar a sus compañeros de clase para un convivir en armonía.
Palabras clave: expresión oral; valores sociales; interacción
social.
Fecha de Recepción: 21-09-2017 |
Fecha de Aceptación: 14-11-2017 |
Emerging Oral Expression of
the Students During Social Interaction
Abstract
During the educational actions are interactive processes between the
students, allowing to distinguish oral expressions, related to a form of
interpersonal communication that occurs between students, which uses labels to
identify and characterize his companions, which may benefit or affect you. From
there that the purpose of the research was: unveil oral expressions that emerge
among the students for an evaluative qualification in their social interaction.
From the point of view of the methodology, it was approached from the
qualitative vision based on the ethnographic method, using a population of 38
students; developed in four phases that are: (1) an approach to the reality,
(2) collection of information, taking in account observation and interview; (3)
analysis of the information and (4) preparation of the final report. From the
information related to the analysis process, categories were constructed, such
as: the mocker, the craniecito, the annoyance/annoying and the supportive. Such
qualifiers, which according to students were characteristic by their way of
acting. Among the values were expressed: the friendship, the respect,
sincerity, fellowship. Similarly, counter values, such as; disrespect,
disorder, ridicule, offense, indiscipline, among others. Therefore it is
recommended to promote activities that allow the student to value and respect
their classmates for a living in harmony.
Keywords: oral
expression; social values; social interaction.
Date Received: 21-09-2017 |
Date Acceptance: 14-11-2017 |
1.
Introducción
Investigar
sobre las acciones que los actores del aula ejecutan cotidianamente, resulta
ser interesante y pertinente en los actuales momentos que se intentan cambios
en todos los aspectos de la humanidad, especialmente en lo que a educación se
refiere; por cuanto permite determinar las debilidades como fortalezas que se
generan en el aula de clase. Espacio donde mayormente permanecen docente y
alumnos y, en el que diariamente se propician acciones interactivas que llevan
a poner de manifiesto valores, al igual que situaciones no muy acertadas
durante los encuentros de aprendizaje, que merecen ser investigados y
estudiados para darle solución o reforzar los mismos.
De
allí, que a diario se oye a los docentes, padres y estudiantes expresarse sobre
eventos que se producen en los espacios de aprendizaje, haciendo más énfasis en
las dificultades y problemas, que en los beneficios y satisfacciones que puede
promover el interactuar social durante el proceso de aprendizaje
docente-alumno, donde se llevan a cabo expresiones orales, relacionadas con la
comunicación interpersonal que se genera entre los estudiantes y que muchas
veces pueden llevar a valorar como desvalorar al otro. Situación a la que no
escapan los niños, niñas de la UE “El Cumbe”, Municipio Valera, Edo. Trujillo,
en donde las docentes indicaron en varias oportunidades que se vienen
presentando ciertas dificultades en el interactuar entre los estudiantes lo que
a veces no saben cómo gestionar.
Desde esta
perspectiva, se hace necesario profundizar en el estudio de los valores que
subyacen en los espacios educativos, más cuando Cadenas (2017a, pág. 345),
refiere “que los valores en la actualidad, debido a los cambios que se vienen
generando han dado lugar a un sistema de valores, cuyo determinante son la
competitividad y el individualismo”. Aunado a lo señalado por la autora citado,
se hace necesario referir que en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), y en la Ley Orgánica de Educación (2009), como realidades
legislativas, le designan al sistema educativo venezolano fortalecer los
valores de respeto, solidaridad, tolerancia, solidaridad, empatía, entre otros;
que como principios rectores de la educación, resguarden la integridad del ser
y de interacción en los diferentes espacios donde se desenvuelve el ciudadano
venezolano.
Reflexionando
sobre lo señalado, surgió como propósito del estudio Develar las expresiones
orales que emergen entre los estudiantes para una cualificación valorativa en
su interacción social con el fin de sugerir algunas actividades que fortalezcan
el proceso interactivo. Estudio que se justifica, considerando que los espacios
educativos son privilegiados por el constante interactuar de los actores
activos que lo conforman y, donde se educan, construyen y practican valores que
ameritan descubrir para contribuir a su mejora. Desde esta perspectiva, el
estudio se sustentó en el método etnográfico para visualizar y develar la
realidad desde los actores de la investigación. La misma se insertó en la Línea
de Investigación Investigadores en Acción Social, IAS, UNESR, Núcleo Valera.
Existen diversos
investigadores que se han preocupado por el estudio de las interacciones, en el
que se destacan los muy conocidos trabajos de Flanders, en los años setenta,
dentro de la corriente identificada como análisis de interacción. En la
actualidad continúa vigente el interés en investigar no sólo la interacción
entre alumno-profesor sino también en el proceso mismo de interacción.
La
palabra interacción, es de origen latín y describe un trato entre dos o más
personas; ubicándonos en el contexto educativo las personas obviamente serían
el docente y los alumnos. Ibáñez (2004), aporta una definición y la
conceptualiza, las reacciones adoptadas por las personas hacia los otros.
Reacción que depende del contexto y de la situación en la que tiene lugar la
interacción, así como de la manera como los actores negocien el significado que
otorguen al contexto. Definición que está relacionada con la interacción con
otros individuos, que lleva a modelar de alguna manera ciertas conductas, de
acuerdo con las creencias, costumbres, valores, entre otras. El ser humano está
en constante proceso de interacción a lo largo de su vida y, le lleva de
acuerdo con Matos (2014), a establecer relaciones entre los diversos actores
que hacen vida en cualquier contexto, donde comparten, ideas, conocimientos,
experiencias, emociones, de cara a cara o en la distancia por medio de los
diferentes medios tecnológicos.
Ubicando
la interacción social en el contexto educativo, Guevara (2011a), expresa que es
el proceso interactivo que se da entre el estudiante-estudiante,
estudiante-contenido, y docente-estudiante. De pendiendo la forma en que se
genere el proceso educativo es como ocurrirá la interacción. Es decir, es una reciprocidad, verbal o no
verbal, que se establece entre los agentes del aula; siendo necesario
considerar el contexto, los medios y recursos, el clima, entre otros, como
elementos claves y significativos para el proceso de interacción.
La
interacción educativa, según Bixio (2001a), es una acción compartida, lo que
indica, que las relaciones interactivas docente-estudiante, se deben producir
de manera favorable en la medida que entre ellos fluya una comunicación
efectiva recíproca. Por esta razón, merece especial atención la consideración
de la comunicación como parte de los elementos básicos que permiten entender
los procesos de interacción estudiante-profesor, así como
estudiante-estudiante.
Para
efecto del estudio, se hará énfasis en la interacción estudiante-estudiante,
sin dejar de considerar la importancia de la interacción docente-estudiante. La interacción estudiante-estudiante, es la que
utilizan los participantes o alumnos para ponerse de acuerdo sobre la división
de funciones y logística de las tareas en equipo. Para Bixio (2001b, pág. 22),
así como para Guevara (2011b), este tipo de interacción favorece el trabajo
entre pares, a la vez que se produce una influencia educativa importante y
enriquecedora de los procesos de construcción de conocimientos. De igual
manera, durante el proceso de interacción social entre los estudiantes se
propician modos de actuar que los caracteriza y los lleva a manifestar valores
y contravalores que pueden beneficiar y/o afectar al estudiante.
De
allí la necesidad que los docentes como gerentes del aula, promuevan procesos
interactivos, que como indica Jáuregui (2017), “generen la mayor cantidad de
oportunidades de participación e interacción para los estudiantes, lograr el
éxito en el alcance de las metas propuestas”. (pág. 141). Proceso en el que se
establezcan relaciones interactivas, afectivas y efectivas que beneficien el
acto educativo y la formación de ciudadanos con valores y fortalezas para
actuar en correspondencia con las exigencias y cambios que se gesten en el
país.
2.2.
Los valores sociales
Los valores
sociales, de acuerdo con Bello (2004a), comienzan a formarse en la práctica
como un ejercicio individual, los cuales constituyen para cada individuo un
compromiso como alguien que actúa en una comunidad de individuos, que desea
resultados positivos en su crecimiento personal y su dimensión social. Los
valores sociales, según el Ministerio del Poder Popular para la Educación
(2007), indica que se forman en una comunidad específica, en cada población y
país, como fruto de un proceso de intercambio.
En este proceso de valoración o acto de valorar se
hace necesaria la presencia del sujeto como del objeto. Tal como señalan Matos
y Pirela (2004a), durante el acto de valoración pueden intervenir aspectos
cualificadores que inciden en la disposición del que enseña y el que
aprende. Asimismo, en los espacios
educativos se vivencian valores sociales durante el proceso de aprendizaje, que
pueden llevar a los estudiantes a valorar o desvalorar acciones y prácticas.
Entre ellas tenemos los calificativos que los estudiantes utilizan para
referirse a características, comportamientos y actitudes de sus compañeros.
2.3. Expresión oral
El habla es la
capacidad comunicativa relacionada con la elaboración del discurso oral. La expresión oral para Recasens (2003), constituye
una destreza o habilidad de comunicación que no tiene sentido sin la
comprensión, sin el procesamiento y la interpretación de lo escuchado. La
expresión oral implica la interacción y la bidireccionalidad, en un contexto
compartido, y en una situación en la que se deben negociar los significados. La
comunicación es un proceso, una acción, basada en unas destrezas expresivas e
interpretativas, por lo que la expresión oral debe entenderse como tal, junto a
la comprensión oral, la lectura y la escritura.
La expresión oral está relacionada con el acto del
habla y a su vez con las formas de comunicación interpersonal que se genera
entre los estudiantes, llevándolos muchas veces al uso de calificativos
valorativos o atributos que les confiere sobre su modo de actuar en el espacio
educativo. De acuerdo con Matos y Pirela (2004b), los calificativos hacen
referencia a cualidades, rasgos y propiedades que acompañan al nombre para
hacerlo distinto a los demás. Los mismos pueden fortalecer como dañar, es decir,
son positivos y/o negativos. En cuanto a los calificativos, tienen que ver con
el acto de valoración, atributos que los estudiantes hacen a sus compañeros, lo
cual dependiendo del mismo puede generar burlas y hasta actos violentos que
afectan la integridad del estudiante.
De allí que estas expresiones orales pueden llegar a
afectar el proceso de interacción que da entre los estudiantes, donde el
docente tiene la gran tarea de fomentar la educación en valores propiciando la
participación, efectiva y coherente, donde se lleve al estudiantado a vivenciar
valores que le permita construir desde su acto de valoración de sí mismo y al
otro durante el proceso interactivo, dentro y fuera de los espacios educativos.
Se trata, como señala Cadenas (2017b), fortalecer valores que le permitan al
estudiantado aprender a convivir y compartir con armonía, e interactuar
afectivamente en los diferentes espacios en que se desenvuelven.
En este sentido, se trata de fortalecer espacios de
participación e integración de los actores que hacen vida en las aulas de
clase, donde se fomenten valores, que como señalan Rondón, Peña y Terán (2017),
unos valores
sociales impregnados desde una desde una postura humanista, que lleve a los
ciudadanos actuar corresponsablemente en el proceso de formación de los
estudiantes. Que les permita interactuar de forma armónica donde prevalezcan
los valores ante que los calificativos que menosprecien a sus compañeros de
clase, donde convivan con respeto y solidaridad.
3. Senda Metodológica
Ante el objetivo planteado y conociendo las
bondades que ofrece el método etnográfico, que según Goetz y Le Compte (1988a),
permite describir lo que sucede en grupos intactos, los investigadores
abordaron el espacio de aprendizaje de 38 alumnos para adquirir detalles
necesarios que le permitieran describir los hechos tales como estaban
sucediendo y develar lo que realmente sucedía en el escenario de aprendizaje.
De acuerdo con Goetz y Le Compte (1988b), el método
etnográfico, permite la descripción holista de la interacción natural de un
grupo en un período de tiempo, que representa fielmente las visiones y
significados de los participantes. Asimismo, Martínez (1998a); Rodríguez, Gíl y
García (1999a), indican que las aulas por ser escenarios pequeños y en donde acontecen
situaciones necesarias de profundizar, favorecen la aplicación de la
investigación.
Ahora bien, la metodología etnográfica permitió develar el proceso interactivo que se generaba
entre los actores de las aulas de clase. Metodología, que trae consigo una
ardua tarea para registrar los hechos tal y como suceden en la realidad; la
misma se desarrolló en cuatro fases: (1) acercamiento a la realidad, (2)
recolección de información, a través de la observación y la entrevista; (3)
análisis de la información y (4) elaboración del informe final.
La primera fase
permitió el acercamiento a la realidad de estudio, solicitando permiso a la docente para realizar la
investigación, considerando que en diversas oportunidades la docente expresó
los diversos conflictos que a menudo se dan entre los estudiantes. De igual
manera, un acercamiento previo con los estudiantes a fin de establecer un
primer contacto con los mismos.
Con relación a la segunda
fase, que se refiere a la recolección de la información directamente en el campo de trabajo, lo que implicó
la utilización de técnicas para la
recolección o captura de datos, tales como: la
observación, considerada por Martínez (1998b) y
Tarrés (2013a), como la técnica clásica primaria y más adecuada por los
etnógrafos para adquirir información; observación que fue participativa, por cuanto permitió
una mayor interacción y comunicación con los grupos a estudiar, para percibir,
comprender y explicar la realidad tal y como se dio. La entrevista,
a través de ella se pudo dialogar con los informantes o agentes de estudio,
para obtener información de aspectos o situaciones que no habían quedado claros
en las observaciones, en especial en los que había necesidad de profundizar.
Los
instrumentos que se emplearon para recoger y almacenar la información fueron
los diarios de campo, que permitieron hacer anotaciones personales
(sensaciones, interpretaciones, reflexiones, etc.) de las observaciones
realizadas, así como gestos, actuaciones, entre otras, que se dieron en las
aulas de clase.
La tercera fase o análisis de la información,
permitió la organización de la
información, la transcripción y el análisis de la misma. Taylor y Bogdan
(1986), Huberman y Miles (1994), Rodríguez, et al. (1999b), y Tarrés (2013b), consideran el análisis de
los datos, como el proceso dinámico y creativo que realiza el investigador por
descubrir las relaciones a través de los hechos acumulados. Es decir, reducción
de los datos, disponibilidad de los datos y conclusiones/verificaciones.
La
triangulación, vista por Calderero y Carrasco (2000), Coffey y Atkinson (2003)
y González (2007), como el proceso que permite chequear la información
recabada, en la que se hace uso de diferentes métodos, con el fin de contrastar
y comparar los hechos, la cual se llevó a efecto durante el proceso análisis de
la información, permitiendo comparar y contrastar los hechos registrados en las
observaciones y entrevista, a través de un proceso en espiral “ir y venir”
(mientras se realizaba la revisión del material), hasta obtener las categorías
y subcategorías que identificaron la información recolectada, descubriendo
significados, concepciones, sucesos, y en especial, la actuación de cada uno de los actores en el
aula.
La cuarta fase o de elaboración del
informe final, que permitió la revisión exhaustiva de toda la
información para darle coherencia y fluidez a la misma; producto de esta fase,
es la difusión de los resultados obtenidos en el estudio.
En
cuanto a los resultados obtenidos del análisis de la información obtenida de
las observaciones y entrevistas a los estudiantes, se elaboraron categorías en
cuanto a los calificativos, así como a los valores presentes en el interactuar
entre los estudiantes; las cuales se pueden mencionar:
El burlón, aquel
estudiante que estaba pendiente de lo que hacían los demás para decir palabras
o expresiones fuertes, que hacían sentir mal a su compañero de clase. Entre las
situaciones en que el niño burlón expresaba palabras ofensivas a sus
compañeros, se pueden citar: “en una actividad que se estaba realizando en la
pizarra, uno de los niños se equivoca, cuando se oye decir ´si es gafo no
sabe´, la maestra parece que no se dio cuenta de la expresión, aunque los demás
estudiantes que estaban cerca si lo escucharon”, en otro momento “la maestra le
pide a una niña que por favor resuelva una operación matemática en la pizarra y
ella con su cuerpo tapó los demás ejercicios, a lo que se escucha ´la carne de
burro no es transparente´, a lo que la maestra le dice ¿qué pasó? y el
estudiante responde ´es que no me deja ver´, pero por eso no tiene que decir
así, el alumno se ríe y sigue escribiendo”.
Como
se evidencia, son expresiones que el estudiante, según lo que señalan sus
compañeros en el minirrelato, mantiene constantemente, por lo que expresaron “a
mi amigo lo llamamos el burlón porque todo el tiempo se burla de lo que uno
hace”; otro indicó “a Juan lo llamamos el burlón, porque todo el tiempo está
pendiente de lo que uno hace para burlarse”. Calificativo este que parece no
gustarle mucho a Juan, cuando dice “mis amigos se quejan de que yo me burlo de
ellos, pero es que no están mosca. Me molesta cuando me dicen ahí va el burlón,
yo trato de no decirles cosas, pero es para que se avispen”.
Como
se puede observar, las situaciones presentadas permiten indicar que al
estudiante le molesta el calificativo de burlón, aun sabiendo que él expresa
calificativos fuertes a sus compañeros y, que de acuerdo con él es para que se
avispen. Calificativo que lleva al irrespeto, siendo éste el contravalor del
respeto, el cual, según Rondón (2016a), el docente debe promover el respeto
entre los estudiantes y demás actores que hacen vida en la institución; de tal
manera, que lleve a respetarse así mismo, a sus compañeros, haciendo los
derechos y la dignidad del otro. El docente debe estar cerca del estudiante,
conocerlo y así traspasar los linderos se la escuela, es decir, conocer al
estudiantado y planificar acciones en función de sus debilidades y fortalezas,
que lo lleven a orientar y ser modelo de valores que demuestren el respeto por
sí mismo y el otro. (Juárez, Moreno, Straka y Lezama, 2003a, pág. 127).
El molestoso o fastidioso; identificado como aquel niño
que esperaba que la docente estuviese distraída o saliera del aula para
molestar a sus compañeros. Así se refleja en la siguiente situación: “la
maestra conversaba con otra docente, y dos alumnos comenzaron a lanzarse
papeles y pedazos de goma del borrador, la maestra hace el señalamiento a los
dos niños y sigue conversando, una de las gomas de borrar le cae a una niña en
la cara y lo acusa, la maestra opta por ponerlo de pie, en forma de castigo”. Otra
de las situaciones visualizadas fue cuando “la maestra salió del salón y Saúl
comienza a lanzar papeles en forma de pelotica, le golpea en la cabeza a otro
niño, quien decide ignorarlo y siguió conversando con su compañero cercano; en
vista de su actitud, Saúl se levantó y fue hasta donde estaba el niño para
golpearlo, llega la maestra y acusan a Saúl, señalando la maestra, ¿viste por
qué te castigo?, a lo que Saúl hace gestos de no importarle”.
En
cuanto a lo señalado en los minirrelatos se visualizaron expresiones, tales
como “Saúl es un niño molestoso que fastidia a los demás compañeros”, “en el
salón existen varios de los compañeros que son molestosos, se aprovechan cuando
la maestra sale un momento o cuando llega alguien al salón”, “Hay alumnos que molestan
mucho, pero la maestra los castiga y ellos pareciera que no les importa”.
Expresiones que reflejan el desagrado por las molestias que estos estudiantes
ocasiones, lo cual los lleva a colocarle el calificativo de molestoso.
Situaciones
que reflejan nuevamente, el irrespeto hacia el otro, que en palabras de Saúl de
acuerdo con lo ocurrido dice “yo estoy claro en que molesto, pero es porque
ellos todo el tiempo me dicen allí va el molestoso, y a veces me echan a mí la
culpa de cosas que yo no hago”. Expresión que deja entrever la molestia que
siente el estudiante ante el calificativo y que más que ayudar puede entorpecer
la actitud del mismo. Como se refleja en las situaciones señaladas se da el
irrespeto al otro, la indisciplina, el desorden, el maltrato; es decir
contravalores que de acuerdo con Bello (2008), llevan a transgredir las normas,
los deberes y los derechos. En tal sentido, se requiere que el docente promueva
valores que contrarresten las situaciones de irrespeto entre los estudiantes.
Por
otra parte, cabe señalar la actitud de la maestra hacia el estudiante, que de
acuerdo con Matos y Pirela (2004c), muchas veces los docentes optan por medidas
arbitrarias para mantener el control o la disciplina en el aula. Medida que
podría tener doble vertiente, una que lleve al estudiante a tomar conciencia y
analizar su comportamiento y la otra que se acostumbre a molestar y opte por
hacer caso omiso al castigo.
En
ambas situaciones se evidencian contravalores o desvalores que pueden afectar
el proceso educativo, lo que es contrario a lo señalado por Latapí (2000), el
docente debe fomentar valores que lleven al estudiante a convivir con el otro,
a aceptarlo y respetarlo. Igualmente, Rondón (2016b) expresa que los docentes
deben fomentar en los estudiantes conductas orientadas a la crítica, al respeto
por las otras personas, al compromiso, la solidaridad, etc. Conductas que
pueden estar involucradas en una actividad del salón, en la discusión de un
tema, en la práctica del deporte, en cualquier actividad que utilice el docente
como estrategia para poner en práctica un plan de formación de valores.
El craniecito/inteligente, es
visto como aquel niño que más participa en clase y quien obtiene mejores
calificaciones. Entre las verbalizaciones que dejan evidencias del mismo, se
pueden señalar: “Pedro es el más inteligente, por eso lo llamamos el
craniecito”, “uno de nuestros compañeros es muy inteligente, cuando la profe
hace preguntas difíciles él levanta la mano para intervenir, la maestra siempre
lo felicita y, por eso lo llamo el craniecito”, “son varios los estudiantes que
son inteligentes y por eso les decimos craniecito, a veces a ellos no les
gusta, porque como dice María ´no me gusta que me llamen así, yo tengo mi
nombre´ y bueno yo ya no le digo así”.
Igualmente,
en la entrevista a Pedro llamado “el craniecito”, responde de la siguiente
manera “mis participaciones son acertadas, todos mis compañeros me miran a mí
para que yo participe, eso para mí es fácil, yo lo entiendo”. Sin embargo, uno
de sus compañeros dice “Pedro se la da de que sabe todo y a veces se equivoca,
pero la maestra se la pasa, en cambio María es muy inteligente, ella estudia
mucho y nos ayuda cuando no entendemos”. Expresiones en las que se refleja la
inteligencia, el compartir, la solidaridad, la amistad, el respeto, valores que
debe aprovechar la docente para fortalecer la dignidad humana.
Así
como estas expresiones, también se recogieron palabras que indicaron el
descontento de los calificativos, a lo que una alumna exterioriza “me molesta
eso de craniecito, porque hay compañeros que no gozan de los beneficios que le
da el ser cráneo o inteligente, muchos de mis compañeros son etiquetados como
bruto y eso me molesta”.
Ante
estas locuciones, se visualizan los calificativos de craniecito, inteligente,
pero también de bruto, que como señaló la estudiante los etiquetan, lo cual
puede favorecer como desfavorecer, dependiendo la situación. En este sentido,
la actitud que el alumno asuma durante las clases es quizás el reflejo del trabajo
que realizan, el tipo de interacción, el agrado o desagrado del momento en que
se encuentran. Juárez, et al. (2003b, pág. 128). De allí la necesidad de una
educación en valores, que lleven al docente a fortalecer valores que ayuden al
estudiante a respetar y aceptar al otro sin tener que colocar calificativos que
puedan perturbar la conducta del estudiante, en palabras de Juárez, et al.
(2003c, pág. 128), “no hay educación sin respeto a las ideas, sentimiento y
honra a los demás”.
El/la Solidario(a);
término que se le asignó a los alumnos que cooperaban y ayudaban a sus
compañeros, actitud que se observó en los espacios de aprendizaje. Una de las
situaciones que se presentó fue “cuando en una actividad que se estaba
realizando, uno de los estudiantes se encontraba como distraído y llegó Ana y
le dijo ¿qué te pasa?, a lo que el niño le dijo no entiendo, tranquilo yo te
explico y se sentó a su lado para explicarle”. En otro momento se visualizó
cuando, un estudiante en vista de que su compañera no trajo lápiz optó por
darle el de él y se levantó a buscar uno prestado”. Observaciones que reflejan
el compañerismo, la solidaridad y la amistad, valores que fortalecen el
interactuar en los espacios de aprendizaje.
De igual manera, en las entrevistas con los alumnos, se
recogieron expresiones, tales como: “Ana es muy buena compañera, ella es
solidaria, siempre nos ayuda cuando se nos dificulta algo”, “hay amigos que le
decimos son solidarios, porque cuando a uno le falta algo lo comparten, igual
cuando uno no sabe algo nos ayudan o nos avisan de las tareas cuando faltamos”.
El/la alumno(a) solidario se diferencia en gran medida del alumno burlón, del
que molesta; por cuanto el solidario ayuda, coopera con sus demás compañeros.
La
solidaridad constituye uno de los valores que el Ministerio del Poder Popular
para la Educación (2012) y Bello (2004b), proponen como esencial para practicar
en los espacios educativos y el acontecer diario de toda persona. Expresión
oral y/o calificativo que puede de alguna manera contribuir a entablar
relaciones afectivas entre los estudiantes, haciendo así del proceso
interactivo un momento impregnado de valores.
5. Actividades que se sugieren para fortalecer
los valores y evitar calificativos que afecten el interactuar afectivo y efectivo
entre los estudiantes.
Considerando las categorías o resultados obtenidos de la
investigación, el/las investigadoras sugieren a las docentes las siguientes
actividades:
· Promover
a través de la lectura, la proyección de videos, la práctica de un habla
valorativa que fomenten la solidaridad, el respeto, la responsabilidad y la
amistad entre los compañeros de clase.
· Propiciar
actividades recreativas que lleven a practicar los valores antes señalados en
su proceso de comunicación e interacción.
· Escenificar
momentos que lleven a reflexionar entre los estudiantes la puesta en práctica
de expresiones orales o calificativos que pueden afectar la integridad del
estudiante.
· Realizar
actividades expositivas, donde los estudiantes a través de la selección de un
valor determinado, lo desarrolle de forma creativa.
· Realizar
carteleras, afiches, material impreso, que lleve a fomentar la práctica de
valores sociales para una comunicación efectiva y un mejor interactuar en la
medida que fortalecen las relaciones personales entre el estudiantado.
· Evaluar
en conjunto con los estudiantes las actividades desarrolladas y solicitar sus
aportes para nuevas actividades a desarrollar.
6.
Reflexiones generales
Ante
las evidencias señaladas, se puede decir que, desde el habla de los
estudiantes, emergieron expresiones orales, que posiblemente para ellos es
normal al interactuar y referirse al otro por sus cualidades, tales como el
burlón, el molestoso o fastidioso, el craniecito/inteligente, el/la solidario
(a), los cuales llevan implícitos valores y contravalores. En cuanto a los
contravalores: irrespeto, desorden, burla, ofensa, indisciplina, maltrato,
entre otros, que pueden afectar, en la mayoría de los casos, el comportamiento
de los estudiantes; así mismo, se evidenciaron en el interactuar de los
estudiantes valores como: solidaridad, compañerismo, amistad, apoyo,
sinceridad, respeto, cooperación, la inteligencia.
Dada
esta situación, se puede decir que la docente desempeña un papel importante en
el acto de valoración que realizan los estudiantes durante los encuentros de
aprendizaje, pues se evidenció que en diversas ocasiones hizo uso del castigo
como medida disciplinaria, lo cual lleva al rechazo por parte del estudiante
ante tal situación. Manifestando así un contravalor como es el castigo,
maltrato, uso de poder. Sin embargo, hubo momentos donde manifestó comprensión
ante situaciones de los estudiantes, el respeto cuando indicaron no entender y
ella volvió a explicar el contenido, el apoyo; reforzamiento de valores
sociales que los llevó a la práctica, como la amistad, el amor por sí mismo y
por el otro.
Desde
los resultados obtenidos a través de la etnografía como método de
investigación, se puede indicar que más que un método es una herramienta de la cual
el docente debe valerse para descubrir y registrar los acontecimientos que se
suscitan en los espacios de aprendizaje y, así tratar de comprender las
situaciones que se le presenten y poder buscar alternativas de solución. Por lo
que es necesario recomendar a la docente, como a todos aquellos docentes que
deseen fortalecer los valores, el uso de diversas estrategias y actividades que
lo lleven a vivencias valorativas, donde se aprenda a respetar, a aceptar al
otro sin tener que utilizar calificativos que pueden afectar el desarrollo
integral del estudiante.
De
igual manera, que las docentes reflexionen sobre su propia práctica educativa,
pues el uso del castigo como un contravalor, puede afectar la actitud del
estudiante, por lo que debe ser creadora de estrategias motivadoras,
propiciando un ambiente de diálogo, intercambio de ideas, de participación, de
igualdad, haciendo el acto educativo interesante y formativo para los
estudiantes.
6.
Referencias
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mundo posible. Venezuela: Melvin, C.A.
Bello, J. (2004a,b). Valores esenciales para la vida en la familia y en la comunidad.
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Cadenas, Y. (2017a,b). Capacitación en Valores para Fortalecer la
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Yuraima
Margelis Matos
e-mail: yuraimatos01@gmail.com
Nacida en Venezuela. Licenciada
en Educación Integral, Mención Matemáticas, Magister en Ciencias de la
Educación. Mención Investigación Docencia. Magister en Tecnología y Diseño
educativo, Magister en Educación Robinsoniana, Dra. En Ciencias de la
Educación. Docente investigador en la Universidad Nacional Experimental Simón
Rodríguez, (UNESR) Núcleo Valera, Edo. Trujillo (Jubilada). Participante de la
Línea de investigación: Investigadores en acción Social (IAS), Facilitadora en
cursos de metodología, Seminario de investigación, Valores, Servicio
Comunitario, Proyecto de Investigación, administración de la educación Básica,
Ética y valores en la investigación, gerencia educativa, entre otros cursos, en
las Universidades: Simón Rodríguez, Valle del Momboy, Rafael María Baralt (Especialidad,
Maestría y Doctorado). Jurado evaluador y tutora de Trabajo Especial de Grado y
Tesis, Evaluadora de trabajos de ascenso, artículos arbitrados en Revistas
nacional e internacional. Actualmente miembro del PEII, NIVEL B.
Yvo Antonio Barreto Andrade
e-mail: yvobarreto.a@gmail.com
Nacido en Venezuela. Lcdo. En
Educación Mención Filosofía: IUSPO/ UCAB, Especialista en Planificación y
Evaluación: UNIVERSIDAD SANTA MARÍA. Magister en Gerencia Educacional: UPEL,
Cursante del Doctorado en Educación: Universidad Nacional Experimental Rafael
María Baralt, UNERMB. Actualmente: Coordinador de Dpto., Orientación y
Bienestar Estudiantil Escuela Técnica Agro- Industrial Profesor. Pedro
Albarrán. Parroquia el Araguaney,
Municipio Andrés Bello. Estado Trujillo- Venezuela. Ponente a nivel nacional.
María Martina Mejía De Cordero
e-mail: mariamdecordero@gmail.com
Nacida en Venezuela. Lcda.
Educación Integral Mención Lengua. Especialista en Currículo, Diplomado en Supervisión
Educativa, Magíster en Gerencia Educativa, Estudiante del Doctorado en
Educación en la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt, UNERMB.
Institución donde labora U.E. Los Caños, Municipio Andrés Bello del Estado
Trujillo.
Gaby Angélica Terán Viera
e-mail: terangaby2012@gmail.com
Nacida en Venezuela.
Actualmente docente en el Liceo Antonio Nicolás Briceño. Estudiante del
Doctorado en Educación de la Universidad Nacional Experimental “Rafael María
Baralt”. Msc. en Gerencia de Recursos Humanos. Técnico en Educación Integral.
Licda. Ciencia Política. Participante en ponencias a nivel nacional e
Internacional, en talleres de formación, facilitadora de talleres. Participante
de la Línea de Investigación IAS, Universidad Nacional Experimental Simón
Rodríguez, Núcleo Valera, Venezuela.
El
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Versión Original -
DOI:
https://doi.org/10.29394/Scientific.issn.2542-2987.2018.3.7.17.329-352