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Participación
Comunitaria Orientada hacia la Valoración del Patrimonio Cultural
Autora: Carmen Josefina
Martínez Fuentes
Universidad Fermín
Toro, UFT
Lara, Venezuela
Resumen
El enfoque educativo del patrimonio
cultural está centrado en las diferentes manifestaciones que se presentan en
una comunidad determinada; incidiendo en los cambios de actitud y formación del
individuo desde la adquisición de los conocimientos históricos como parte
importante de dicha formación. De allí, el fortalecimiento de las habilidades y
destrezas para dominar, delimitar, resolver y explicar el arsenal histórico
presente en la sociedad y ser abordado desde el enfoque investigativo. Por lo
tanto, la valoración del patrimonio cultural incide en el comportamiento de las
personas porque permite el afianzamiento de valores, tales como: amor,
convivencia, paz, solidaridad, responsabilidad, entre otros; favoreciendo el
aprendizaje socializado de los estudiantes; sensibilizándolos hacia la
identidad, lo autóctono y auténtico de la localidad. El beneficio metódico del
patrimonio cultural accede a potenciar en el individuo la importancia del
estudio sobre lo qué es el patrimonio regional-local, su origen, constitución,
saberes, ubicación y otros aspectos relevantes. La importancia de fortalecer la
participación comunitaria para que el colectivo valorice el patrimonio
existente en cada región, dicho patrimonio de incidir en el comportamiento de
los individuos para que puedan permanecer en el tiempo y en el espacio. Además,
se busca que la comunidad participe, se interese, enfatice y profundice en el
patrimonio regional; mantener vivo, presente y proyectar el mismo hacia las
nuevas generaciones.
Palabras clave: participación comunitaria; evaluación;
patrimonio cultural.
Fecha de Recepción: 17-11-2017 |
Fecha de Aceptación: 16-02-2018 |
Oriented Community Participation towards the
Valuation of Cultural Heritage
Abstract
The educational approach to cultural heritage is focused on the
different manifestations that appear in a given community; influencing changes
in attitude and training of the individual from the acquisition of historical
knowledge as an important part of such training. From there, the strengthening
of the abilities and skills to dominate, delimit, resolve and explain the
historical arsenal present in society and be approached from the investigative
approach. Therefore, the valuation of cultural heritage affects the behavior of
people because it allows the consolidation of values, such as: love,
coexistence, peace, solidarity, responsibility, among others; favoring the
socialized learning of the students; sensitizing them towards the identity, the
autochthonous and authentic of the locality. The methodical benefit of cultural
heritage allows the individual to enhance the importance of studying what
regional-local heritage is, its origin, constitution, knowledge, location and
other relevant aspects. The importance of strengthening community participation
so that the collective values the existing heritage in each region, this
heritage of influencing the behavior of individuals so that they can remain in
time and space. In addition, it is intended that the community participate, be
interested, emphasize and deepen the regional heritage; keep alive, present and
project the same towards the new generations.
Keywords: community
participation; evaluation; cultural heritage.
Date Received: 17-11-2017 |
Date Acceptance: 16-02-2018 |
1.
Introducción
El
presente ensayo tiene como finalidad analizar y comprender la participación
comunitaria orientada hacia la valoración del patrimonio cultural a nivel
regional; razón por la cual los ciudadanos y ciudadanas deben apropiarse del
patrimonio existente en las entidades regionales.
Por lo tanto,
las comunidades organizadas, están en el deber de promover acciones de
participación que contribuya a profundizar la integración de los ciudadanos en
solventar situaciones conflictivas y por ende enaltecer el patrimonio cultural
de dichas comunidades; planificando actividades a corto, mediano y largo plazo
para mantener una calidad de vida, de acuerdo con la dinámica cambiante en lo
económico, educativo, cultural y social.
La
participación comunitaria ayuda a las comunidades a determinar dónde debe estar
la organización en el futuro, prever los recursos humanos, materiales y
financieros que conduzcan alcanzar el éxito en la evolución y desarrollo de las
mismas; estar en contante interacción a las necesidades e intereses que se
puedan presentar a los individuos en función a la educación y cultura, como
elementos importantes en el fortalecimiento de la región o nación.
Por lo
tanto, la participación comunitaria es una pieza imprescindible en la
construcción y desarrollo de la ciudadanía, necesaria para el empoderamiento de
los espacios comunitarios e institucionales y la transferencia de la gestión
pública en función de la comunidad.
El
aporte de este ensayo fortalecerá la participación y el desarrollo de las
comunidades, buscando revalorizar la cultura del barinés como potencial
estratégico de desarrollo en el ámbito local y regional. Para ello es necesario
fomentar la condición humana en organizarse, dignificarse para alcanzar el
equilibrio social, educativo, económico, ambiental y cultural en la indagación,
rescate, pertenecía, apreciación, conservación, fortalecimiento de la identidad
regional para elevar el bienestar y calidad de vida.
2.
Desarrollo
La
participación comunitaria representa un aspecto fundamental para fortalecer las
comunidades desde lo educativo, económico, social, político, ambiental y
cultural; en la cual se interacción todos los integrantes en la consolidación,
ejecución, evaluación y control de planes, programas y proyectos que beneficien
y potencien el patrimonio cultural regional y por ende elevar la identidad. Al
respecto, INDES, citado por Mori (2008), plantea que la participación
comunitaria:
Es el conjunto de acciones destinadas a
promover el desarrollo de una comunidad a través de la participación de esta en
la transformación de su propia realidad. Por tanto, pretende la capacitación y
el fortalecimiento de la comunidad, favoreciendo su autogestión para su propia
transformación y la de su ambiente. Dando a la comunidad capacidad de decisión
y de acción se favorece su fortalecimiento como espacio preventivo (pág. 1).
El
autor refleja, la participación comunitaria está vinculada a impulsar el
desarrollo de una comunidad, buscando cambios efectivos en la evolución de la
realidad en la cual se encuentra inmersa. Además, incidirá en la formación y el
potencial en la autogestión de recursos que contribuyan con el bienestar
social, educativo, ambiental y cultural de los individuos. Igualmente,
redundará en el beneficio de la colectividad; partiendo de las necesidades e
intereses de los mismos.
En
este contexto, la participación comunitaria orientado hacia la valoración del patrimonio
regional recoge todas las ideas y propuestas de los habitantes, de los líderes
comunitarios, autoridades locales y regionales, en beneficio del colectivo y
porque no sólo buscará dar respuesta inmediata, sino soluciones desde el fondo
de la situación, con la aplicación de un diagnóstico inicial, participativo,
protagónico y democrático, en la cual los integrantes de la comunidad puedan
ejecutar, evaluar y controlar los mismos.
De
allí que, participación comunitaria, según Giraldo (2012): plantea que es “un
conjunto de objetivos, acciones y despliegue de recursos, concebido con un
enfoque sistémico y prospectivo” (pág. 56). En otras palabras, la participación
comunitaria requiere de la organización, en colectivo, que conduzca a la
planificación de una serie de actividades, ejecutadas metódicamente, y con
miras a hacer proyectadas hacia el futuro. Igualmente, demanda la
transformación del entorno en el cual se encuentra la comunidad y por ende
involucrar a las instituciones educativas y demás entes se encuentran en la
misma.
En
este orden de ideas, Ortiz (2013), indica la participación comunitaria toma en
cuenta cuatro fases como son: “fijar normas de gestión en la institución;
efectuar un registro de gestión individual; establecer una confrontación de la
gestión con las normas establecidas y tomar decisiones sobre las acciones para
mejorar el proceso” (pág. 41). El autor refiere, al aplicar la participación en
la comunidad es relevante tomar en cuenta algunas normas para gestionar
materiales o financiamiento, una exploración de la misión individual y
colectiva que accedan a la toma de decisiones, liderazgo, dirección y control
de todas las acciones para mejorar cualquier problemática que se pueda
presentar. Todo esto permitirá una transformación efectiva en la organización y
bienestar social de la comunidad.
Por su
parte, Márquez (2013), expone: “la participación comunitaria es el proceso
social continúo y dinámico, por el cual los habitantes de una comunidad, a
través de sus organizaciones legítimas y participativas, deciden, aportan y
administran los recursos en la realización del bien común” (pág. 23). Esto
refiere, la participación comunitaria representa un proceso permanente e
interactivo en la cual los integrantes de la comunidad pueden tomar sus propias
decisiones y distribuir los recursos disponibles para resolver la problemática
que tienen en sus comunidades; fortaleciendo y potenciando el bienestar de sus
habitantes.
Es así
como desde la comunidad, se generan espacios que permiten al compromiso
participativo, interactivo y democrático, en el que se hagan valer los derechos
y deberes de cada uno de los ciudadanos para velar por desarrollo y
funcionamiento de la localidad; solventando los problemas educativos y sociales
que aquejan a la población; implementando estrategias innovadoras que
garanticen la sinergia, conservación y preservación del patrimonio cultural y
la identidad regional.
En
consecuencia, la participación comunitaria, comprende las actividades
organizadas para difundir y promover, en conjunto con la comunidad, actividades
que vayan en función del beneficio de la colectividad y por ende fomentar su
calidad de vida. El modelo de participación comunitaria representa el canal
ideal para el abordaje en las comunidades porque rescata los conocimientos,
experiencias y cotidianidad del sujeto hacia los cambios y transformaciones en
localidades más abiertas, flexibles, participes e interactivas en la solución
de problemas.
De
igual manera, Arjona (2014): plantea que participación debe promover la
valoración del patrimonio local, tomando en cuenta los conocimientos,
experiencias y vivencias que tienen los individuos acerca del patrimonio que se
encuentra en la comunidad. Asimismo, acercarse al ambiente a través del
potencial y capacidad cognitiva en el desarrollo sociocultural y el
autodesarrollo; conllevando a la formación de hombres y mujeres dignos de la
nueva época, cuyo centro es la cultura, la educación, la pertenencia e
identidad con lo nuestro.
Desde este marco, la participación
comunitaria en la valoración del patrimonio indaga la conducta humana en la
formación de asumir actitudes de compromiso hacia la axiología del patrimonio
cultural, dándole relevancia e importancia a la historia regional, los sitios
históricos, monumentos, museos, galerías, personajes vivientes de la localidad,
entre otros aspectos inherencia a dicha cultura.
Al respecto
Santana (2013): expone que la noción de patrimonio “se ha extendido a
categorías que no necesariamente forman parte de sectores artísticos pero que
también tienen gran valor para la humanidad” (pág. 56). El autor indica que la
definición de patrimonio está focalizada en el comportamiento y valoración de
la cultura y no observarla como algo artístico. Dicha valoración extenderla a
los pueblos, nuevas generaciones y futuras por mantener la convivencia y la paz
mundial. Todo esto se logra con la participación de todos los miembros de una
comunidad.
De ahí que,
el patrimonio regional se define, según Ladino (2012): como “la testificación de
la experiencia humana y sus aspiraciones y debe ser una experiencia compartida
que ofrece a cada ser humano la oportunidad del descubrimiento propio como otra
persona en ese caudal de conocimiento que no es el propio” (pág. 123). Es
decir, se basa la convivencia de las personas, las experiencias, vivencias que
tiene el individuo sobre el arsenal cultural que tiene cada entidad o región.
Es valerse de la oportunidad para apropiarse e identificarse con cada elemento
que se encuentra en el contexto en el cual se desenvuelve. En este sentido,
Leal (2008), plantea:
El patrimonio
regional forma parte de un discurso más amplio que se ha establecido sobre la
cultura y que responde a una ubicación temporal y espacial específica. De
manera que, el concepto de cultura ha sido muy dinámico y ha modelado diversas
maneras de ver al otro y sus manifestaciones culturales (creencias,
tradiciones, símbolos), dado que ese otro está representado no sólo por los
pueblos indígenas y las comunidades locales o las diversas minorías, sino
también por un encuentro de discursos que manejan diferentes posiciones sobre
lo que debe ser y lo que finalmente resulte ser la cultura nacional y las
potencialidades educativas y formativas que tiene la misma (pág. 1).
Interpretando a la autora señala que el patrimonio
regional es aquel que responde a una cultura más profunda que focaliza la
ubicación espacio y tiempo; por lo tanto, ubica a la misma en afianzar los
valores, las manifestaciones, costumbres y tradiciones populares; dado que no se
centra solamente en la cultura indígena, sino que abarca la cultura regional y
nacional; tomando en cuenta la diversidad de potencialidades educativas y
sociales. A esto se suma el desarrollo del pensamiento histórico, según
Salazar, citado por Soria (2014):
No puede perder
de vista la lógica de construcción de la ciencia histórica. Pensar
históricamente es ubicar y comprender los hechos que se sucedieron en un
espacio y un tiempo determinado, es comprender que el pasado no es algo muerto,
sino que constituye el presente. Pensar históricamente involucra ciertas
habilidades cognitivas específicas tales como; plantear preguntas a las fuentes
históricas, establecer analogías, hacer inferencias, tejer hipótesis,
reflexionar sobre la realidad sociohistórica (pág. 33).
La autora señala que el pensamiento histórico
está centrado en los hechos que acontecieron en un tiempo y espacio específico,
es analizar críticamente lo que ha ocurrido con el pasado, constituye algo que
es dinámico, potenciar habilidades, destrezas y fortalecimiento de la realidad
de sociedad y la cultura que se encuentra inmersa en las localidades.
Por
último, la educación y el patrimonio van de la mano, dado que las mismas se encuentran
inmersas en el Currículo Bolivariano. El mismo centra la atención en la
formación en una cultura regional basada en la valoración, la reflexión, las
experiencias y vivencias de los individuos desde la realidad que vive cada
comunidad, cada familia y organizaciones que hacen vida en la localidad.
El
patrimonio regional involucra lo que es conocido como patrimonio vivo,
considerado como el conjunto de producciones humanas, clasificados, según
diversos criterios; un poema, un cuento, una leyenda, la artesanía, entre
otros, conforman ese patrimonio vivo que ha sido producido por el hombre sin
recurrir a elementos o soportes materiales. De igual manera, forman parte de
este patrimonio las danzas, mitos, refranes, las fiestas, tal y como ahora lo
entiende el amplio concepto de patrimonio contenido en la Ley de Cultura de
Patrimonio del año 1997.
En
consecuencia, la participación comunitaria constituye un modelo positivista
sobre la humanidad; incidiendo en los cambios de comportamientos del individuo
y potenciando las habilidades y destrezas de las personas; resaltando las
cualidades creativas, innovadoras y tecnológicas en el patrimonio regional. Así
como también, la corresponsabilidad de mantener y resaltar los valores que
tiene el patrimonio, mantener viva la historia de un pueblo, enalteciendo sus
raíces, sus sitios históricos, entre otros.
3.
Reflexiones Finales
La
participación comunitaria busca acercar a las personas a su realidad inmediata y
al contexto en el cual evolucionan, para que sean capaces de brindar otras
alternativas de cambio, no repitiendo esquemas, se trata de motivar a los
sentidos, la imaginación, la creatividad, la inventiva, la satisfacción
personal, la solidaridad y la valoración del patrimonio cultural de cada región
o localidad.
La
participación comunitaria orientada desde la valoración del patrimonio
regional, está afianzado en las teorías del aprendizaje significativo, el
humanismo y constructivismo porque contribuyen al proceso social y al
desarrollo humano; es decir, que la significación social de los valores
redimensione al hombre para fortalecer y consolidar la cultura de paz y valores
para la vida, sobre todo en estos tiempos que se viven momentos de tensión, angustias,
violencias, irrespeto por la vida y la poca dignidad del individuo y en
especial a la valoración del patrimonio cultural.
4. Referencias
Arjona, M. (2014). Patrimonio cultural y educación. La Habana, Cuba: Ediciones Letras
Cubanas, págs. 12-17.
Giraldo, D. (2012). Participación comunitaria. Barcelona: Éxito, págs. 41-51.
Ladino, F. (2012). Propuesta de un modelo de educación no formal y de participación
ciudadana en la comunidad de Ciudad Bolivia (Pedraza), para la revalorización a las manifestaciones culturales locales.
Tesis Doctoral. Caracas, Venezuela: Universidad Santa María, págs. 67-84.
Leal, N. (2008). Patrimonio cultural indígena y su reconocimiento institucional. Opción, 24(56), 28-43. Recuperado de: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-15872008000200003
Márquez, A. (2013). Participación comunitaria. (4ta. ed.). Colombia: Ediciones planeta,
págs. 45-47.
Mori, M. (2008). Una propuesta metodológica para la intervención comunitaria. Liberabit, 14(14), 81-90. Recuperado de:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-48272008000100010
Ortiz, M. (2013). Gerencia de recursos humanos. Caracas: Ediciones Continental, págs.
9-14.
Santana, T. (2013). Patrimonio
Cultural y Turismo. Antropología Social
y Cultural. Chile: Universidad de la Laguna, págs. 28-31.
Soria, G. (2014). El Pensamiento
Histórico en la Educación Primaria: Estudio de Casos a Partir de Narraciones
Históricas. Tesis Doctoral. España: Universitat Autònoma de Barcelona,
págs. 214. Recuperado de: http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/285095/gmsl1de1.pdf
Carmen
Josefina Martínez Fuentes
e-mail: carmenmartinez1236@gmail.com
Nacida en San Fernando de
Apure, estado Apure, Venezuela. Profesora de Educación Integral, Universidad Pedagógica
Experimental Libertador, Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio,
núcleo académico Barinas, Especialista en Educación Comunitaria, Universidad
Pedagógica Experimental Libertador, Instituto de Mejoramiento Profesional del
Magisterio, núcleo académico Barinas, Doctorante en Ciencias de la Educación de
la Universidad Fermín Toro. Docente titular de la Secretaría Ejecutiva de
Educación-Gobernación del Estado Barinas. Trayectoria profesional: Auxiliar de
Preescolar en el Centro de Educación Inicial María Lorenza Parra, Comisión de
Servicio en la Unidad de Patrimonio Cultural y actualmente en Comisión de
servicio en el Departamento de Formación Permanente de la Secretaría Ejecutiva
de Educación.
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