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La Cortesía Verbal de los Estudiantes Universitarios desde la Pragmática

 

Autor: Nelson Antonio Corredor Trejo

Universidad Politécnica Territorial del Estado Mérida “Kléber Ramírez”, UPTMKR

ncorredortrejo@gmail.com

Mérida, Venezuela

 

Resumen

Este ensayo se propone enfocar pragmáticamente la cortesía verbal de los estudiantes universitarios, particularmente en sus situaciones comunicativas formales e informales. Para los docentes universitarios, uno de los rasgos que más llama la atención se basa en el uso que los estudiantes dan a palabras vulgares como formas de tratamiento nominal. Tanto en conversaciones formales como en las informales, los grupos establecen diferencias lingüísticas que tratan de marcar su identidad grupal. Por otra parte, en sus distintas situaciones comunicativas, es frecuente escuchar términos y enunciados que denotan su deseo por descalificar a sus docentes, utilizando vocablos inadecuados que manifiestan un desconocimiento, voluntario o involuntario, por la cortesía verbal. En sus conversaciones habituales los estudiantes universitarios utilizan con frecuencia los vocativos “marico”, “marica” y “güevón” como marcadores de discurso, palabras que para personas ajenas a sus grupos puede denotar un lenguaje pobre y vulgar, para ellos constituyen palabras con significados muy distintos al dado en el lenguaje formal y académico.

 

Palabras clave: discurso; estudiante; educación.

 

Fecha de Recepción: 03-05-2018

Fecha de Aceptación: 21-06-2018

 

 

The Verbal Courtesy of Students Universities from the Pragmatics

 

Abstract

This essay aims to pragmatically approach the verbal courtesy of university students, particularly in their formal and informal communicative situations. For university teachers, one of the most striking features is based on the use that students give to vulgar words as forms of nominal treatment. In both formal and informal conversations, the groups establish linguistic differences that try to mark their group identity. Moreover, in its different communicative situations, it is common to hear terms and statements that indicate their desire to discredit their teachers using inappropriate words that manifest ignorance, voluntary or involuntary, by politeness. In their usual conversations, university students frequently use the vocative "marico", "marica" ​​and "güevón" as markers of discourse, words that for people outside their groups may denote a poor and vulgar language, for them they constitute words with meanings very different from the one given in the formal and academic language.

 

Keywords:  speech; student; education.

 

Date Received: 03-05-2018

Date Acceptance: 21-06-2018

 

 

1. Introducción

Uno de los hechos que más interesa a los investigadores sociolingüísticos, se fundamenta en el uso que los estudiantes universitarios hacen de la cortesía verbal en sus situaciones comunicativas cotidianas, por lo que las locuciones lingüísticas empleadas por los estudiantes en su proceso de comunicación parecieran que resultaran inadecuadas en una situación comunicativa dad.

 

En este sentido, los términos empleados por los estudiantes universitarios para dirigirse a sus compañeros de grupo, se muestran cada día más difíciles de entender para otras personas que no pertenecen a su entorno comunicativo, en particular para los profesores que en múltiples oportunidades, no aprueban los significados que los estudiantes dan, desde una perspectiva semántica, a las palabras que emplean como saludos de cortesía.

 

La cortesía verbal, por consiguiente, ha sufrido transformaciones en su esencia con el paso del tiempo, por tanto, aspectos en la manera de hablar que generaban prestigio y respeto en una persona, actualmente pueden originar el cuestionamiento de la pobreza lexical de quienes hacen uso de enunciados con significados contrarios al especificado en el lenguaje formal. Sin embargo, en las situaciones comunicativas de los estudiantes universitarios, se escuchan con regularidad expresiones que aparentemente pueden generar desprestigio y pérdida de la imagen en quienes las emplean, pero en lugar de eso causa una manera de aceptación grupal y en muchos casos, simpatía y admiración en sus interlocutores.

 

En tal sentido, los estudiantes con regularidad quieren destacarse creando nuevas expresiones o contextualizando otras palabras que son utilizadas fuera de su entorno cultural, términos que tratan de convencionalizar entre otros pares que pertenecen a su grupo originando sin pretender hacerlo, desprestigio y exclusión en otros jóvenes y adultos que forman parte de su comunidad lingüística. De allí que en los estudios de investigación que se enfoquen hacia el análisis de la cortesía verbal en el lenguaje de los estudiantes universitarios desde un enfoque pragmático, se enfoquen hacia las expresiones de cortesía que con regularidad utilizan como formas de tratamiento nominal, qué significado tienen en sus conversaciones y qué palabras son las más utilizadas.

 

Situaciones como las mencionadas anteriormente, justifican este ensayo, el cual busca constatar las implicaciones de la cortesía verbal en el comportamiento de los estudiantes en diferentes contextos universitarios. Muchos de ellos consideran la cortesía como un elemento que ha entrado en desuso, relegando a un segundo plano el respeto por pedir la palabra para intervenir en una clase, al igual que respetar a sus compañeros de curso, al momento en que éstos intervienen para expresar sus opiniones ante un tema que se esté debatiendo.

 

Por otra parte, en sus conversaciones habituales, fuera de sus aulas de clase, es común escuchar de boca de los estudiantes palabras que denotan su deseo por descalificar a sus docentes, utilizando vocablos inadecuados que manifiestan un desconocimiento, voluntario o involuntario, por la cortesía verbal.

 

Con mucha regularidad se puede percibir que uno de los aspectos de mayor importancia en las conversaciones habituales de los estudiantes universitarios, es el empleo frecuente de disfemismos y eufemismos que son asumidos como parte de sus costumbres lingüísticas. Los estudiantes construyen palabras y enunciados que forman parte de una jerga estudiantil que por lo general no es entendida ni aprobada por otras personas, a partir de distintos entornos de su comunidad de habla.

 

En sus diálogos cotidianos se puede percibir que los estudiantes poseen conocimiento del significado de las palabras que emplean para dirigirse a sus pares que sin coincidir con la acepción referenciada en un diccionario de la lengua española, tiene otro significado válido para ellos; por consiguiente, algunos de estos términos son utilizados para nombrar, colocar ápodos o entablar el inicio o fina de una conversación.  Es de hacer notar que las palabras que utilizan con regularidad las toman del contexto en el que se encuentra el receptor, de esta forma, al emplearse el vocablo dentro de un mismo grupo es incorporada a su léxico y lo emplean frecuentemente para comunicarse, como en el caso de las palabras “guevón” y “marico”.

 

2. La cortesía en las situaciones comunicativas estudiantiles

Desde una perspectiva teórica, el fundamento de este ensayo toma como referencia a los autores de la Teoría de la Cortesía Verbal, Brown y Levinson, citados por Escandell (2006a:68), “al delinear la existencia de ciertas formas de situaciones comunicativas en las que la forma de interactuar de los participantes contiene una coacción al perfil de los hablantes, lo que genera asombro o extrañeza entre quienes escuchan sus conversaciones”.

 

En sintonía con los autores mencionados, la teoría de la cortesía verbal habla de la existencia de los denominados “actos amenazadores de la imagen pública”, factores que ponen en peligro lo que llaman “imagen negativa” y/o “imagen positiva” de los participantes en la conversación. En este contexto, el perfil negativo se encarga de resguardar el territorio, se propone la salvaguardia de la imagen individual, la preferencia por la no distracción, por ejemplo, a la libertad de actuar e imponer; mientras que el perfil positivo se fundamenta en la proyección de la imagen personal que los interlocutores tratan de mantener.

 

En este sentido, los autores que postulan la Teoría de la Cortesía Verbal pretenden establecer una brecha entre la cortesía positiva y la negativa, alegando que la positiva se inclina con mayor preferencia hacia la autoimagen positiva de quien escucha al emisor del enunciado, generándose así una conversación agradable en términos de camaradería entre los interlocutores.

 

En algunos estudios previos, como el realizado por García (2002:76), se argumenta que “los jóvenes se caracterizan por actuar en el terreno de la familiaridad y solidaridad en sus conversaciones habituales propias de su entorno educativo, lo que implica que su cultura sea identificada como una cultura propia de la cortesía positiva”.

 

Las conversaciones cotidianas de los estudiantes universitarios se basan, en buena medida, en la imitación, por ejemplo, aumentar el volumen y timbre de voz, sonriendo a la vez, lo que ayuda que todos en el grupo se sienta cómodos, pero si el hablante asume una actitud más respetuosa y compasiva hacia el resto de sus compañeros, ejerce cierta influencia sobre ellos, obteniendo en acción recíproca la misma actitud hacia él.

 

De acuerdo con Anzorena (2013:87), “cada conversación es un hecho único. Es el encuentro y el intercambio entre dos o más individuos”. En toda situación comunicacional de los estudiantes universitarios se establece un intercambio, una ida y una vuelta incesante de palabras, ademanes corporales, una interacción que establece un proceso de retroalimentación con palabras codificadas para el uso del grupo. Tal como lo señala este autor, los estudiantes universitarios en su jerga hablan, escuchan, observan y asignan sentido y significaciones a las palabras que forman parte de su lenguaje, tanto al verbal como al no verbal, así como al comportamiento del hablante en relación con el contexto y a la situación comunicacional generada entre ellos.

 

Desde este punto de vista, la conversación se convierte entonces en una manera de comunicación de los estudiantes, estrechamente vinculada al contexto social en el que se genera. Conversar, desde este enfoque, es una manera de socializar entre ellos.

 

Como forma de interacción social, los estudiantes buscan que sus conversaciones sean gratas, amenas, alegres para todo el grupo, por lo que echan mano a principios considerados socialmente válidos por el grupo sociocultural al que pertenecen, conducta válida que intenta facilitar el intercambio de palabras y enunciados, realizados a través de medios lingüísticos y no lingüísticos, lo que en este ensayo hemos designado como cortesía.

 

2.1. Pragmática de la cortesía en el lenguaje de los estudiantes universitarios

La pragmática es una disciplina lingüística que, según Escandell (2006b:16), pretende ocuparse de “factores extralingüísticos que determinan el uso del lenguaje, precisamente todos aquellos factores a los que no puede hacer referencia un estudio puramente gramatical”. Es decir, trata de enfocarse en primer lugar, de los que no tienen nada que ver con el lenguaje, pero sí con su manera de presentarlo: cuál es comportamiento del emisor del enunciado, cómo se puede percibir su lenguaje corporal, si ríe o no, cómo es su mímica, si lo expresado con ironía o sarcasmo es entendible para el grupo, entre otros hechos observables.

 

Un aspecto relevante en este contexto se fundamenta en la cortesía, que de acuerdo con la acepción aportada por González, Torres, Gutiérrez y Flores (2017:47), puede servir de orientación al respecto: “La cortesía es un conjunto de estrategias conversacionales destinadas a evitar o mitigar las tensiones que aparecen cuando el hablante se enfrenta a un conflicto creado entre sus objetivos y los del destinatario”. Sin embargo, aunque existan muchas formas de transmitir y recibir informaciones, se califica el lenguaje cara a cara como el más poderoso canal de relaciones interpersonales.

 

2.2. El uso de los vocativos “marico” y “güevón” en el lenguaje de los estudiantes universitarios

En las conversaciones habituales de los estudiantes universitarios se utilizan frecuentemente los vocativos “marico(a)” y “güevón” como marcadores de discurso en situaciones caracterizadas por la camaradería, la confianza, la familiaridad o la simple percepción de características comunes entre interlocutores e interlocutoras; además de ser las palabras tabúes más frecuentes del corpus juvenil.

 

En su significado original, el vocablo “güevón” manifiesta un insulto dirigido solo al sexo masculino y en su forma tradicional la palabra ha sido descrita como una expresión “baja” y “vulgar”, muy propia de las clases más populares, según lo indicado por Sáez (1983a:147). Empero, según Cortés (2009:252):

… en tiempos de hoy este término involucra una variedad de significados que va desde un extremo muy negativo, como un insulto o palabra tabú, hasta un extremo muy positivo, en el que se utiliza como un marcador de discurso que sostiene y fortifica los lazos sociales entre los interlocutores.

 

Es importante indicar los estudiantes universitarios en sus conversaciones cotidianas, su forma de dialogar va de un extremo a otro como una forma de expresar un alto grado de confianza y camaradería entre ellos.

 

En este contexto se puede observar que el término “güevón” ha pasado a ser una de las expresiones más populares de la jerga de los estudiantes universitarios. Igual se utiliza para descalificar, ofender, como para denotar amistad, confianza o camaradería. Por consiguiente, se puede establecer que “güevón” aunque es una mala palabra que distingue al hombre con testículos grandes o puede equivaler a un vocativo o también significa un tratamiento de amistad equivalente al significado de “amigo”, “pana” o “compinche”.

 

Portocarrero (1999:36), explica que el vocablo “güevón”, “puede ser utilizado en forma sustantiva cumpliendo la función de un calificativo despectivo que puede ser equivalente a tonto, pendejo”. En relación con el uso de la palabra como adjetivo, este autor manifiesta que cumple con la designación principal de “bobo, tonto o estúpido”.

 

Asimismo, es relevante indicar la observación hecha por Sáez (1983b:138), al señalar que esta palabra ha evolucionado, “por lo cual ha llegado a funcionar en un contexto más amplio y con otro significado”. En este contexto, “güevón” ha entrado en una etapa de transformación que lo aleja de su acepción original, pues en primer lugar era una palabra muy malsonante, un término exclusivamente utilizado por los sujetos, que expresa vulgaridad y que al ser usado se establecía una relación directa con personas de genitales voluminosos; no obstante, esa particularidad ha ido perdiendo su esencia, pues ahora los estudiantes universitarios para comunicarse con sus pares la usan con frecuencia, sin que su significado sea necesariamente “tonto, estúpido o pendejo”.

 

Por su parte, el término “marico” o “marica”, en correspondencia con los géneros de los interlocutores, es usada como un saludo o una muletilla en la conversación. Esta palabra quiere decir camarada, amigo(a), y es empleada constantemente por muchachos y muchachas.

 

En el discurrir del tiempo, el vocablo “marico(a)” se ha empleado para agredir verbalmente a otra persona, considerándosele frecuentemente como una falta de respeto. En el contexto del lenguaje juvenil de los estudiantes universitarios se puede afirmar que esta forma de tratamiento nominal se encuentra en una fase de conversión pues su forma de insulto se convierte en una forma de expresión que denota anti-cortesía, la cual señala solidaridad, perdiendo a la vez su característica agraviadora, dentro de un grupo etario específico, conformado por jóvenes cuya edad está contenida entre 17 y 25 años de edad. 

 

En la actualidad, los estudiantes universitarios emplean esta forma de tratamiento nominal no sólo con la intención de fortalecer vínculos amistosos, al igual que para manifestar expresiones que van desde la sorpresa ante un hecho particular, la tristeza o la alegría ante otra situación y hasta para iniciar o culminar los enunciados propios de sus conversaciones habituales, incluso, desplazar otras formas de tratamiento nominal que jamás han sido consideradas insultos en el castellano de los venezolanos.

 

2.3. Del discurso informal al formal

Dependiendo de los contextos formales o informales y de sus situaciones comunicativas cotidianas, los estudiantes apelan a una serie de particularidades distintas, en concordancia con la situación comunicativa en que se encuentren. En su búsqueda de identidad y en su jerga característica, marcan con mayor fuerza determinados recursos por razones de ratificar su identidad y con ello establecer diferencias con otros grupos, particularmente con aquellos que ellos consideran forman parte de personas de mayor edad.

 

De acuerdo con según lo expresado por Bruner (2006:68), el lenguaje, “como elemento imprescindible de la formación cognitiva humana, se construye del exterior hacia el interior”, es decir, aprendido e internalizado a partir del contacto con las demás personas y con los diversos contextos.

 

De hecho, el lenguaje informal de los estudiantes universitarios es un lenguaje que fue adquirido y construido en el contexto de la interacción sociocultural al que pertenecen; por esta razón forman parte de su cultura y como tal es perentorio valorizarlo. No obstante, ese lenguaje que se aleja del lenguaje formal, del lenguaje académico, puede ser utilizado en la construcción y aprehensión del lenguaje formal estudiantil.

 

Por otra parte, la expresión oral de los estudiantes conlleva subyacentemente la presencia de un conjunto de pautas actitudinales que manifiestan que han recibido una serie de valores que provienen de su formación como hombres o mujeres; valores como respeto, cordialidad, confianza, honestidad, responsabilidad, entre otros.

 

En el caso de situaciones comunicativas con los docentes, los estudiantes emplean el lenguaje formal y las palabras y enunciados que utilizan transmiten respeto y cordialidad. En este contexto, es común que apelen al vocablo “profe” que indica la forma breve para captar la atención del profesor. Se usa sin hacer diferencia de que se trata de un docente o una docente.

 

Sin embargo, los estudiantes ejercen comentarios en sus conversaciones informales, relacionadas con los profesores que han sido o son sus facilitadores del curso, por ejemplo, emiten expresiones como: “esta vieja es muy aburrida”, “ese profe se puso Chucky”, “qué ladilla es la clase de esa profe”. En este contexto, se perciben enunciados que tienen un estatus propio de su género, y las perspectivas que ellos tienen relacionadas con hombres o mujeres son disímiles. Es decir, las expresiones de los estudiantes en sus situaciones comunicativas grupales identifican a la persona que las dice, reflejan su género, su identidad.

 

3. Conclusiones

La tan criticada forma de hablar de los estudiantes tiene que ver, en ocasiones, con un desconocimiento de las variedades lingüísticas. Si se pueden entender estas como una serie de aspectos de similar distribución sociocultural, la jerga de los estudiantes tiene que ver con una característica lingüística asociada a un grupo etario. Además, si como jóvenes poseen su propia música como señal identitaria, entonces el habla es una marca de identidad para ellos. Y en esa búsqueda de identidad, que se construye permanentemente en la interacción grupal, se debe diferenciar entre la interacción entre los pares y la interacción en otros contextos, ajena a lo que es la vinculación de amistad y compañerismo.

 

Sin lugar a duda, la manera en que se comunican oralmente los estudiantes constituye un habla con identidad propia, una forma de establecer señales en su identidad juvenil con el propósito de diferenciarse de otros grupos. En los estudios de pragmática se habla de cortesía y anti-cortesía, que no es lo mismo que decir descortesía.

 

Los estudiantes usan, en incontables ocasiones para comunicarse entre ellos, formas nominales de tratamiento que parecieran descorteses hacia el exterior de sus grupos; empero en sus contextos socioculturales constituyen formas de marcación de identidad, de solidaridad y afecto, además de expresar el grado de confianza existente entre ellos.

 

En este contexto, cada palabra, frase o enunciado, puede presentar significados y significantes diferentes, especificados por distintas variables tales como el estatus socioeconómico, el espacio tiempo, la formación cultural y educativa de los sujetos, las redes sociales, entre otros.  De allí que es posible entender que los estudiantes usan con mucha regularidad vocativos insultativos e insultivos, para saludar, expresar distintos sentimientos o simplemente mantener una conversación sobre uno o varios temas a la vez, lo que a su vez facilita un acercamiento con sus pares, definiendo así mismo diferencias bien estructuradas respecto al lenguaje formal de los docentes universitarios.

 

Luego de este enfoque pragmático a la cortesía en el lenguaje de los estudiantes universitarios se puede concluir que, verdaderamente, los usos lingüísticos responden a las exigencias del entorno, a la edad y a un pensamiento que busca continuamente su definición. Queda como propuesta la posibilidad para emprender estudios analíticos con mayor profundidad, bajo el enfoque transdisciplinario de otras disciplinas lingüísticas, con el propósito de continuar haciendo aportes a la explicación de este fenómeno de comunicación estudiantil que caracteriza a la generación actual. Hay un escenario muy amplio para comenzar a investigar…

 

4. Referencias

Anzorena, O. (2013). El arte de comunicarnos. Conceptos y técnicas para comunicación interpersonal efectiva, págs. 85-94. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Lea S.A.

 

Bruner, J. (2006). Actos de significado – más allá de la revolución cognitiva. Traducción de Juan Carlos Gómez Crespo y José Luis Linaza. P. Madrid, España: Alianza Editorial S.A.

 

Cortés, S. (2009). Expresiones zoonímicas en el habla popular chilena. Boletín de filología, 44(2), 243-261. Recuperado de: https://dx.doi.org/10.4067/S0718-93032009000100009

 

Escandell, M. (2006a,b). Introducción a la pragmática. Barcelona, España: Editorial Ariel, S.A.

 

García, C. (2002). La expresión de camaradería y solidaridad: Cómo los venezolanos solicitan un servicio y responden a la solicitud de un servicio. Actos de Habla y Cortesía en Español, 55-88, ISBN: 3-89586-337-8.

 

González, J., Flores, E., Gutiérrez, L., & Torres, S. (2017). E4. Glosario de Enseñanza de Español como LE. Estados Unidos de Norteamérica: Ediciones Lulú.

 

Portocarrero, C. (1999). La palabra huevón. Santiago de Chile: LOM Ediciones.

 

Sáez, L. (1983a,b). Una familia léxica del español común e informal de Chile: hueva y sus derivados. Estudios lingüísticos en memoria de Gaston Carrillo-Herrera, 133-149.

 

 

Nelson Antonio Corredor Trejo

e-mail: ncorredortrejo@gmail.com

 

Nacido en Mérida, estado Mérida, Venezuela. Residenciado en Mérida, estado Mérida, Venezuela. Licenciado en Comunicación Social, Universidad Católica Cecilio Acosta. Maestría en Educación, Mención Lectura y Escritura. Docente Ordinario, Categoría Asociado, Dedicación Exclusiva. Universidad Politécnica Territorial del Estado Mérida “Kléber Ramírez”. Docente Investigador, Categoría A1, Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación.

 

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DOI: https://doi.org/10.29394/Scientific.issn.2542-2987.2018.3.10.19.330-343