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Consideraciones
Epistemológicas
PhD. Oscar Antonio
Martínez Molina
Universidad
Nacional de Educación, UNAE
Azogues, Ecuador
https://orcid.org/0000-0003-1123-5553
Editorial
Los
actores sociales que participan de la cultura no pueden estar ajenos a las
variaciones o formas preestablecidas de ésta; así que en el rol de los investigadores
se parte de dos premisas básicas. La primera es que, al aproximarse al objeto
de la indagación, no se hace de forma desprevenida, sino que dicho acercamiento
parte de un interés personal, que implica un saber previo. La segunda es que al
constituirse en observadores a su vez se participa del fenómeno que se observa,
contribuyendo a su construcción.
A
partir de estas ideas básicas se define la postura asumida en la investigación
como de carácter cualitativo, por lo que el ejercicio se dirige a la
comprensión más que a la explicación; esto quiere decir que el interés es
captar los significados e interpretaciones que construyen y comparten los
protagonistas que intervienen en la investigación.
Si
se toma como punto inicial la teoría de la interpretación socio - cultural del
aprendizaje que desarrolla Vygotsky citado (Vargas, 1999a),
resultado de una aproximación más histórico-interpretativa acerca de los
productos culturales del hombre complementados con la cultura, la construcción
de significados y el proceso de significación se construye primero por fuera;
es decir, en la relación inter psicológica, cuando se recibe la influencia de
la cultura reflejada en toda la producción de material (las herramientas, los
desarrollos científicos y tecnológicos) o simbólica (el lenguaje, con los
signos y símbolos) En segundo lugar de manera intra psicológica, cuando se
transforman las funciones psicológicas superiores, es decir, se produce la
denominada internalización, que
afecta el marco
interno con una
aproximación desde la concepción socio constructivista. Esta
última permite ver la cultura como una forma de actividad del hombre y, además,
permite construir por medio de la interacción con los protagonistas, teniendo
en cuenta el ser individual y la sociedad como una opción de generar
conocimientos desde lo social y desde el otro.
En
el desarrollo de la Humanidad siempre han estado latentes importantes
preguntas: ¿cómo es que una persona construye significados tan particulares o
exclusivos?, ¿qué es lo que interviene en ese proceso, para que esa persona
diga "Eso me es significativo" aunque para los otros no tengan la
misma significación, ¿cuál es el proceso, el mecanismo o los momentos que le
permiten construir ese sentido en particular? Acaso será, como afirma Vygotsky
citado por Bruner (1995), que la cultura es un conjunto de procedimientos que
acceden a un estrato superior, siendo los significados los que facilitan
construir un mundo posible social más complejo del que es conocido.
La
construcción de significados es capaz de darle a la verdad o a lo correcto, una
significación de trascendencia de acuerdo a la afirmación de Calderón (2001),
al indicar que la verdad es una construcción personal y, al mismo tiempo, el
resultado de las interacciones con diversos mundos posibles mentales y
versiones de esos mundos, que lo enriquecen y le dan un mayor desarrollo de
ampliación al mundo construido, en este caso, el de motivación a la
investigación.
Como
ya se mencionó, el proceso de significados de la mayoría de los artículos es en
esta edición, trabajados desde Vygotsky citado por Mendoza (2010), quien
desarrolla la construcción del conocimiento, que permite evidenciar la raíz
social que le atribuye al conocimiento humano como resultado de la interacción de
diversos mundos posibles mentales. Estos mundos posibles son primero mentales
que físicos, ya que cuando se dice el vocablo silla se tiene ese concepto en la
mente y no es que esté fuera de sí o en el mundo material; ellos pueden ser el
medio social, la educación, las relaciones y otros aspectos que influyen en el
desarrollo de cada ser humano.
Bajo
esta cosmovisión se vería entonces la realidad como multifacética, dinámica y
multidimensional. En ella no se considera al universo como absolutamente determinado,
sino como generador de diversidades que dan viabilidad a la emergencia de
múltiples interpretaciones, es decir, a la posibilidad de construir múltiples
versiones del mundo.
Así,
este paradigma da cuenta de principios subjetivos que privilegian el acoger
aquellas interpretaciones que se producen en contacto con los fenómenos
vivenciados por los autores. Por eso se reconoce que los investigadores
muestran interés, que parte de aprendizajes previos que son los que
complementan para dar respuestas a las inquietudes socio culturales.
Es
evidente que con esta revolución cognitiva, cuya base es la interpretación del
conocimiento y cuyo centro de interés es la construcción de significados, se
trata en primer lugar de descubrir y describir formalmente los significados que
los seres humanos crean a partir de sus encuentros con el mundo; luego proponer
hipótesis acerca de los procesos de construcción de significados que se centran
en las actividades simbólicas empleadas por los seres humanos y, así, construir
y dar sentido no sólo al mundo sino también a ellos mismos.
Esta
revolución rescató el concepto de mente, entendido como el hecho de hacer
consciente los estados intencionales como creer, desear, pretender, captar un
significado que permitió la construcción de un conocimiento entorno al concepto
de significado y los procesos mediante los cuales se crean y se negocian éstos
dentro de una comunidad.
Las
construcciones de significados harán posible conocer el sentido de vida o de
trascendencia en esos mundos creados socialmente, lo cual hace que el individuo
sea parte de un mundo mental que cada uno construye y que, si comprende y hace
suyo, puede crear otros mundos.
Para
que puedan existir los mundos posibles es necesario poder construir socialmente
ideas y significados públicos o compartidos. Esto es posible porque no existen,
son construidos a partir de ideales, interacciones, negociaciones que se logran
a través del lenguaje como un vehículo de construcción, tal como sostiene
Platón en el Mito a la caverna. Estos ideales producen niveles de conciencia de
los procesos de significación de algo, convirtiendo el lenguaje en vehículo que
permite la repetición, reelaboración, construcción o reconstrucción de
significados socialmente compartidos con un lugar dentro de la cultura del
investigador. De esta forma es posible construir.
Una
significación con estructuras y esquemas previos aprendidos, como son las
representaciones imaginarias del quehacer del investigador para poder hacer una
reelaboración de su desempeño profesional y, así, construir un significado en
virtud de su participación en el entorno socio cultural, en el que se integra
como uno más.
La
forma de vida, adaptada culturalmente, forma parte de los significados y
conceptos compartidos y depende, también, de formas de discursos compartidos
que sirven para negociar las
diferencias de significado
e interpretación acerca
de la práctica investigadora, se
establece así, un mundo posible que se construye día a día en la interrelación
de los protagonistas y los diversos contextos con los que entran en contacto y
cuya diversidad y entramado se hace más compleja cada día por medio de la
construcción diaria de los protagonistas.
Sirva
como fundamento para entender un poco más este planteamiento, el Pensamiento
Complejo de Morín (1999), quien, basado en la teoría de la información y de los
sistemas, la cibernética y en los procesos de autoorganización biológica,
construye un método que intenta estar a la altura del desafió de la
complejidad. Hay tres principios sobre los cuales construye Morín lo que podría
ser el paradigma de la complejidad: Principio de la Pertinencia del
conocimiento, de la Inteligencia General y de los Problemas esenciales. Antes
de entrar a desarrollar los principios, se puede analizar ¿Qué es la
Complejidad?
A
primera vista la complejidad es un tejido de elementos heterogéneos,
inseparables y asociados; se presenta como un estadio para el abordaje de la
subjetividad del individuo:
sentimientos, recuerdos, vivencias expresadas de manera oral, escrita o
gráfica, en el que el investigador a través de la actividad intelectual
voluntaria e intencional construye su mundo fenoménico.
Desde
este enfoque de la complejidad se considera importante la construcción de un
modelo sistémico, es decir, un modelo complejo y representativo de la realidad,
considerada como un sistema. Ello será posible si se tiene en cuenta la
diversidad de los componentes, así como sus interacciones; es decir, la
causalidad mutua de los procesos de una dinámica global del sistema en una
participación multidimensional en la que la conducta humana es esencialmente
compleja, dinámica y cambiante, y está inmersa en un contexto ecológico en el
que evolucionan las personas. Además, se aborda otros órdenes de aproximación
comprensiva desde la concepción de Morín, buscando trascender a otros
paradigmas emergentes que intentan acceder a la dinámica de la realidad.
Dentro
de las características de la complejidad hay, tres principios que pueden ayudar
a pensar la misma complejidad:
1. Pertinencia
del conocimiento, que permite mantener informaciones claves del mundo, que
posibilite articular y organizar los conocimientos y así conocer y reconocer
los problemas del mundo.
2. Inteligencia
General, en este principio se plantea que mientras más poderosa sea la
inteligencia general más grande es su facultad para tratar problemas
especiales. El conocimiento, buscando la construcción en relación con el contexto global y complejo, debe
movilizar lo que conoce, sabe e interpreta del mundo; dicho de otra forma, los
individuos constituyen la sociedad que produce a los individuos. Desde este
punto de vista se puede comparar con la construcción de significados originados
por la práctica investigadora de los protagonistas que participan en ella y
cómo estos protagonistas a su vez de-construyen y re-construyen esta acción
integradora.
3. Los
problemas esenciales, principio que hace referencia a que la parte está en el
todo y el todo está en la parte, como lo sostiene la Gestalt.
La
otra perspectiva desde la cual se parte para dar cuenta de este fenómeno es el
socio-constructivismo. El mismo se fundamenta en la siguiente premisa: los
seres humanos crean y construyen dinámicamente su realidad personal y de esta
forma se orientan activamente hacia una comprensión significativa del mundo en
que viven, esta construcción se da en y a partir del lenguaje conllevando la
formación de significados que dan sentido a la experiencia y marco interno del
individuo dentro del mundo, al mundo y a la relación de estos tres.
De
acuerdo con esto, lo social para los seres humanos se construye en el lenguaje,
en el que se crean a sí mismos; es decir que, el lenguaje es generativo, crea
realidades y posibilita la acción. Conectar
el lenguaje con la acción posibilita una comprensión nueva de la acción humana,
permitiendo la reconstrucción del entorno social en que se enmarca la
investigación.
De
esta manera, la estructura y el uso del lenguaje está relacionado de forma
intrincada con la acción. Dentro de las características esenciales del acto, la
intencionalidad cumple un papel fundamental, ya que rompe con la simple
posición explicativa del mundo estimulo-respuesta, otorgándole al individuo una
amplia gama de actitudes relacionadas con su marco socio cultural. Se
posibilita de esta manera, que el hombre pueda tener la opción de elegir e,
igualmente se le asigne un papel transformador e histórico al devenir
cotidiano, ya que, al ser protagonista activo en su entorno y coparticipe de la
construcción de la cultura, participa dinámicamente en la elaboración del
tejido comunicacional.
Vygotsky
citado por (Vargas, 1999b), a este respecto, propone
que la construcción, resultado de una experiencia de aprendizaje, no se
transmite de una persona a otra de manera mecánica como si fuera un objeto,
sino mediante operaciones mentales que se suceden durante la interacción del
sujeto con el mundo material y social.
Es
así como, desde esta perspectiva no se toma un papel de espectadores, pues siempre
estamos en interacción, configurando contextos de relación que fluyen
continuamente, de modo que no se cristalizan, solo se transforman. Su
estabilidad está dada por el cambio constante, por ello el rol de
investigadores es activo, se observa y así se participa en la construcción del
objeto de estudio. A su vez, desde esta perspectiva la investigación se
considera como un hecho motivado desde el interior por intereses individuales y
grupales.
De
acuerdo con lo anterior, el lenguaje tiene una particular relevancia, pues es
asumido (desde el Construccionismo Social) no como un conjunto de signos que
representan al mundo y la realidad, sino como la forma desde la que de acuerdo
con nuestra condición humana construimos la realidad, de modo que en el lenguaje
los individuos se constituyen como seres sociales, creando y recreando la
concepción y significado en un proceso en continua reconstrucción.
Desarrollando
una epistemología del observador participante, centrada en la pregunta ¿cómo se
conoce? y no ¿qué se conoce?, se sostiene lo que se conoce como resultado del
observador y no de lo observado. Es el lenguaje el que genera la noción de
objetividad, desde la que se puede acceder al conocimiento de la cultura
democrática o de la participación de todos los elementos que rodean a los
protagonistas. Ello exige que conscientemente se desarrolle un conocimiento,
todo lo consciente que pueda ser, de los valores que llevan a adoptar esta
perspectiva, exigiendo que se haga responsable de cómo se conoce y por qué.
Pero no se pretende que haya una sola forma de construir el significado o una
sola forma correcta de hacerlo. Hay que tener en cuenta que se sustenta en
valores, que son los que mejor se adecuan para hacer frente a los cambios y
fracturas que se han convertido en un rasgo tan característico de la vida
moderna.
Para
acceder al proceso de construcción de significados estos artículos toman en
consideración la perspectiva socio constructivista. A través de esta se permite
acceder a la subjetividad del hombre, a los actos de significado,
comprendiéndolos e interpretándolos en su escenario cultural y al individuo
como un ser en interacción continua con otros quienes construyen ese ambiente
donde se comporta de una determinada forma y en el que participa de la construcción
de significaciones, ya que trata de la parte social y sus interacciones.
El
investigador hace suyas las propiedades del problema estudiado a partir de la
forma en que se orientan, interpretan o representan los protagonistas en su
mundo donde son coprotagonistas de sus relatos y narrativas, buscando
conceptualizar sobre la realidad con base en el comportamiento y los
conocimientos de los actores principales.
El
proceso de investigación cualitativa explora de manera sistemática los
conocimientos y valores que comparten los protagonistas en un determinado
contexto espacial y temporal. De este modo se puede develar que los
significados forman parte de ese mundo, de ese compartir acerca del quehacer
del ser humano especificando la construcción de significados acerca de su
práctica investigadora, como parte de ese ver a través de los ojos de los
actores la realidad. Igualmente se pretende indagar como el investigador
interviene en los procesos de construcción siendo participe de esa dinámica.
En
el marco de las observaciones anteriores, se puede señalar que el individuo es
consciente del proceso de investigación cualitativa, el cual requiere un co-construir y ser parte de las diversas interrelaciones
que se presentan en la construcción del significado sobre la construcción del
conocimiento.
De
esta forma se puede comprender que las experiencias y actos de los
protagonistas son los que están moldeados por sus estados intencionales y que
estos estados sólo pueden plasmarse mediante la participación en los sistemas
simbólicos de la cultura donde están inmersos. Además, la investigación
cualitativa hace referencia a las distinciones sociales, políticas, humanas y
económicas que presentan los protagonistas en la vida cotidiana, siendo
conscientes de estas, para enriquecer la deconstrucción y reconstrucción por
medio de la significación de las vivencias que se realizan.
Palabras
clave: epistemología; investigación; editorial.
Fecha
de Recepción: 29-10-2018 |
Fecha
de Aceptación: 17-12-2018 |
Epistemological Considerations
Editorial
The social actors that participate in the
culture can not be alien to the variations or
pre-established forms of it; so in the role of
researchers, we start from two basic premises. The first is that, when approaching
the object of the inquiry, it is not done in an unprepared way, but that this
approach is based on a personal interest, which implies prior knowledge. The
second is that by becoming observers in turn participates in the phenomenon
that is observed, contributing to its construction.
Based on these basic ideas, the position assumed
in the research is defined as qualitative, so that the exercise is aimed at
understanding rather than explaining; This means that the interest is to grasp
the meanings and interpretations that are constructed and shared by the
protagonists involved in the research.
If we take as a starting point the theory of
socio - cultural interpretation of learning that Vygotsky develops cited
(Vargas, 1999a), result of a more historical -
interpretative approach about the cultural products of man complemented with
culture, the construction of meanings and the process of signification is
constructed from the outside first; that is, in the inter psychological
relation, when the influence of the culture reflected in all the production of
material (tools, scientific and technological developments) or symbolic
(language, with signs and symbols) is received. intra psychological way, when
the higher psychological functions are transformed, that is, the so-called
internalization occurs, which affects the internal framework with an approach
from the socio-constructivist conception. The latter allows us to see culture
as a form of human activity and, in addition, allows building through
interaction with the protagonists, taking into account
the individual being and society as an option to generate knowledge from the
social and from the other.
In the development of Humanity, important
questions have always been latent: how is it that a person constructs such particular or exclusive meanings? What is involved in this
process, for that person to say "That is
significant to me", although for the others do not have the same meaning,
what is the process, the mechanism or the moments that allow it to construct
that particular sense? It may be, as Vygotsky says quoted by Bruner (1995),
that culture is a set of procedures that access a higher stratum, with meanings
that facilitate the construction of a possible social world more complex than
is known.
The construction of meanings is capable of
giving the truth or right, a significance of transcendence according to the
statement of Calderón (2001), by stating that truth is a personal construction
and, at the same time, the result of interactions with various possible mental
worlds and versions of those worlds, which enrich it and give it a greater
development of expansion to the built world, in this case, the motivation to
research.
As already mentioned, the meaning process of
most of the articles is in this edition, worked from Vygotsky cited by Mendoza
(2010), who develops the construction of knowledge, which allows demonstrating
the social root that attributes to human knowledge as result of the interaction
of various possible mental worlds. These possible worlds are mental rather than
physical, since when the word chair is used one has that concept in the mind
and it is not that it is outside of itself or in the material world; they can
be the social environment, education, relationships and other aspects that influence
the development of each human being.
Under this worldview we would then see reality
as multifaceted, dynamic and multidimensional. In it, the universe is not
considered as absolutely determined, but as a generator of diversities that
give viability to the emergence of multiple interpretations, that is, to the
possibility of constructing multiple versions of the world.
Thus, this paradigm accounts for subjective
principles that privilege the acceptance of those interpretations that occur in
contact with the phenomena experienced by the authors. That is why it is
recognized that researchers show interest, that part of previous learning that
complements to give answers to socio-cultural concerns.
It is evident that with this cognitive
revolution, whose basis is the interpretation of knowledge and whose center of
interest is the construction of meanings, it is first of all to discover and
formally describe the meanings that human beings create from their encounters
with the world; then propose hypotheses about the processes of construction of
meanings that focus on the symbolic activities used by human beings and, thus,
build and give meaning not only to the world but also to themselves.
This revolution rescued the concept of mind,
understood as making conscious intentional states such as believing, wanting,
pretending, grasping a meaning that allowed the construction of knowledge
around the concept of meaning and the processes by which they are created and they negotiate these within a community.
The constructions of meanings will make it
possible to know the sense of life or transcendence in those socially created
worlds, which makes the individual part of a mental world that each one
constructs and that, if he understands and makes his own, he can create other
worlds.
For possible worlds to exist, it is necessary to
be able to socially construct public or shared ideas and meanings. This is
possible because they do not exist, they are constructed from ideals, interactions,
negotiations that are achieved through language as a vehicle of construction,
as Plato maintains in the Mito to the cavern. These ideals produce levels of
awareness of the processes of meaning of something, converting language into a
vehicle that allows the repetition, re-elaboration, construction or
reconstruction of socially shared meanings with a place within the culture of
the researcher. In this way it is possible to build.
A meaning with structures and previous learned
schemes, such as the imaginary representations of the researcher's task to be
able to rework their professional performance and, thus, build a meaning by virtue of their participation in the socio-cultural
environment, in which they integrate as one more.
The way of life, culturally adapted, is part of
the shared meanings and concepts and also depends on forms of shared discourses
that serve to negotiate the differences of meaning and interpretation about the
research practice, thus establishing a possible world that it is built day by
day in the interrelation of the protagonists and the diverse contexts with
which they come into contact and whose diversity and network becomes more
complex each day by means of the daily construction of the protagonists.
It serves as a basis to understand a little more
this approach, the Complex Thought of Morin (1999), who, based on the theory of
information and systems, cybernetics and the processes of biological
self-organization, builds a method that tries to be up to the challenge of complexity.
There are three principles on which Morín constructs
what could be the paradigm of complexity: Principle of the Relevance of
Knowledge, of General Intelligence and of Essential Problems. Before entering
to develop the principles, you can analyze What is Complexity?
At first sight, complexity is a fabric of
heterogeneous, inseparable and associated elements; It is presented as a stage
for addressing the subjectivity of the individual: feelings, memories,
experiences expressed orally, written or graphically, in which the researcher,
through voluntary and intentional intellectual activity, constructs his
phenomenal world.
From this approach to complexity, the
construction of a systemic model is considered important, that is, a complex
and representative model of reality, considered as a system. This will be
possible if the diversity of the components is taken into account, as well as
their interactions; that is, the mutual causality of the processes of a global dynamics of the system in a multidimensional
participation in which human behavior is essentially complex, dynamic and
changing, and is immersed in an ecological context in which people evolve. In
addition, other orders of comprehensive approach from the conception of Morin
are addressed, seeking to transcend other emerging paradigms that try to access
the dynamics of reality.
Within the characteristics of complexity there
are three principles that can help to think the same complexity:
1.
Pertinence
of knowledge, which allows keeping key information of the world, which makes it
possible to articulate and organize knowledge and thus know and recognize the
problems of the world.
2.
General
Intelligence, in this principle it is stated that the more powerful the general
intelligence is, the greater its ability to deal with special problems.
Knowledge, seeking construction in relation to the global and complex context,
must mobilize what it knows, knows and interprets of the world; In other words,
individuals constitute the society that produces individuals. From this point
of view it can be compared with the construction of
meanings originated by the investigative practice of the protagonists that
participate in it and how these protagonists in turn de-construct and
re-construct this integrating action.
3.
The
essential problems, a principle that makes reference
to the fact that the part is in the whole and the whole is in the part, as the
Gestalt maintains.
The other perspective from which one starts to
account for this phenomenon is socio-constructivism. It is based on the
following premise: human beings dynamically create and build their personal
reality and in this way are actively oriented towards a meaningful
understanding of the world in which they live, this construction occurs in and
from the language entailing the formation of meanings that give meaning to the
experience and inner frame of the individual within the world, to the world and
to the relationship of these three.
According to this, the social for human beings
is constructed in language, in which they create themselves; that
is to say, language is generative, creates realities and enables action.
Connecting language with action enables a new understanding of human action,
allowing the reconstruction of the social environment in which research is
framed.
In this way, the structure and use of language
is intricately related to the action. Within the essential characteristics of
the act, intentionality plays a fundamental role, since it breaks with the
simple explanatory position of the stimulus-response world, giving the
individual a wide range of attitudes related to their socio-cultural framework.
It is possible in this way, that man can have the option of choosing and,
equally, be assigned a transforming and historical role to the daily becoming,
since, being an active protagonist in his environment and co-participant in the
construction of culture, he participates dynamically in the elaboration of the
communicational fabric.
Vygotsky cited by (Vargas, 1999b),
in this regard, proposes that construction, the result of a learning
experience, is not transmitted from one person to another mechanically as if it
were an object, but by mental operations that occur during the interaction of
the subject with the material and social world.
This is how, from this perspective, a role of
spectators is not taken, because we are always in interaction, configuring
contexts of relationship that flow continuously, so that they do not
crystallize, they only transform. Its stability is given by the constant
change, for that reason the role of researchers is active, it is observed and
thus it participates in the construction of the object of study. In turn, from
this perspective, research is considered as a fact motivated from within by
individual and group interests.
According to the above, language has a
particular relevance, since it is assumed (from Social Constructionism) not as
a set of signs that represent the world and reality, but as the form from
which, according to our human condition, we construct the reality, so that in
the language the individuals are constituted as social beings, creating and
recreating the conception and meaning in a process in continuous
reconstruction.
Developing an epistemology of the participant observer,
centered on the question, how is it known? and not what is known?,
it is sustained what is known as the result of the observer and not the
observed. It is the language that generates the notion of objectivity, from
which one can access the knowledge of the democratic culture or the
participation of all the elements that surround the protagonists. This requires
consciously developing a knowledge, as conscious as it may be, of the values
that lead to adopting this perspective, demanding that it be held responsible
for how it is known and why. But it is not intended that there be a single way
of constructing the meaning or a single correct way of doing it. We must bear
in mind that it is based on values, which are the best suited to cope with the
changes and fractures that have become such a characteristic feature of modern
life.
To access the process of meaning construction,
these articles take into consideration the socio-constructivist perspective.
Through this is allowed to access the subjectivity of
man, the acts of meaning, understanding and interpreting them in their cultural
setting and the individual as a being in continuous interaction with others who
build that environment where it behaves in a certain way and in the one that
participates in the construction of meanings, since it deals with the social
part and its interactions.
The researcher endorses the properties of the
problem studied from the way they are oriented, interpreted or represented by
the protagonists in their world where they are co-protagonists of their stories
and narratives, seeking to conceptualize reality based on the behavior and
knowledge of principal actors.
The qualitative research process systematically
explores the knowledge and values shared by the protagonists in a specific
spatial and temporal context. In this way it can be revealed that the meanings
are part of that world, of that sharing about the task of the human being
specifying the construction of meanings about their research practice, as part
of seeing through the eyes of the actors the reality. It is also intended to
investigate how the researcher intervenes in the construction processes by
participating in this dynamic.
Within the framework of the previous
observations, it can be pointed out that the individual is aware of the
qualitative research process, which requires a co-construct and be part of the
various interrelationships that arise in the construction of meaning about the
construction of knowledge.
In this way it can be understood that the experiences
and acts of the protagonists are those shaped by their intentional states and
that these states can only be expressed through participation in the symbolic
systems of the culture where they are immersed. In addition, qualitative
research refers to the social, political, human and economic distinctions that
the protagonists present in everyday life, being aware of these, to enrich the
deconstruction and reconstruction through the meaning of the experiences that
are made.
Keywords:
epistemology; research; publishers.
Date Received:
29-10-2018 |
Date Acceptance:
17-12-2018 |
Referencias
Bruner, J. (1995).
Actos de significado, más allá de la revolución cognitiva, ISBN: 9788420648125. Madrid, España: Alianza
Editorial, 168 págs.
Calderón, R. (2001). Constructivismo y Aprendizajes Significativos. monografias.com.
[Documento en línea], 2 págs.
Recuperado de: http://www.monografias.com/trabajos7/aprend/aprend.shtml
Mendoza, J. (2010). Vygotsky y la construcción del
conocimiento. Boletín Electrónico de
Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C., 6(1), 159-164.
Recuperado de: http://www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php?method=showDetail&id_articulo=61625&id_seccion=3769&id_ejemplar=6202&id_revista=166
Morín, E. (1999). Los siete saberes
necesarios para la educación del futuro.
Código del documento: EPD.99/WS/3,
EPD.99/WS/4. París,
Francia: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura - Santillana/UNESCO, 67 págs. Recuperado de: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000117740_spa
Vargas, M. (1999a,b). La construcción mental bajo un enfoque social. Caracas, Venezuela:
División de publicaciones UNA.
PhD.
Oscar Antonio Martínez Molina
e-mail:
oscar.martinez@unae.edu.ec
Nacido es San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela. Residenciado
en Cuenca, Ecuador. Licenciado en
Educación Mención Orientación Educativa y Profesional (Universidad de Los
Andes, Extensión Táchira). Magíster en Ciencias de la Educación Superior,
Mención Andragogía (UNELLEZ). Doctor en Educación Mención Suma Cum Laude
(Universidad de Málaga, España), Postdoctor en
Estudios Libres de la Universidad Fermín Toro. Diplomado en Educación Abierta y
a distancia (Universidad Fermín Toro).
Maestría Experto avanzado en E-learning en la Fundación para la
actualización tecnológica de Latinoamérica (FATLA).
Maestría Experto en Tecnología Educativa nivel avanzado en la Fundación para la
actualización tecnológica de Latinoamérica (FATLA).
Profesor Jubilado de la Universidad Nacional Abierta. Categoría Académica de
Titular. Director de tesis doctorales y de maestría. Responsable de la línea en
enseñanza-aprendizaje de investigación del COBAIND.
Representante del convenio Editorial Académica Española-COBAIND.
Coordinador de la línea de investigación en Educación en la UNEFA Barinas.
Presidente/Fundador del Consejo Barinés de Investigación y Desarrollo. Profesor
investigador del Programa de Estímulo a la Innovación e Investigación en
categoría “A-2”. Docente investigación de la Universidad Nacional de Ecuador.
El
contenido de este manuscrito se difunde bajo una Licencia de Creative Commons
Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual
4.0 Internacional
- Versión Original -
DOI: https://doi.org/10.29394/Scientific.issn.2542-2987.2019.4.11.0.7-25