- Versión
HTML -
La
Argumentación como Modo de Organización Discursiva en la Construcción del
Genero Ensayo
Autora: Magdaly
Carolina Méndez Omaña
Universidad Fermín Toro, UFT
Mérida, Venezuela
http://orcid.org/0000-0003-2931-4479
Resumen
En el presente ensayo se expone la
relevante temática de la argumentación en la construcción del género ensayo en
la que se involucra una comunidad efectiva, permitiendo la comunicación entre
las personas con una lengua en común que trascienda las particularidades
históricas y locales, conllevando a que las ideas expuestas en la producción
argumentativa deben inducir a pensamientos generalizadores de temas
circundantes, que se lleva a cabo en el discurso intersubjetivo. En tal
sentido, el objetivo general de la investigación es generar a partir del
análisis del discurso y de la didáctica de la lengua una propuesta pedagógica
para la construcción del género ensayo en el nivel de educación media general.
Para ello, el estudio se inserta en el paradigma interpretativo con un enfoque
metodológico cualitativo. En correspondencia con la temática se puede afirmar
que la argumentación es de uso común y espontáneo en la vida diaria y en las
prácticas educativas, incluso sin percatarse de ello. Sin embargo, cuando se
hace consciente el propósito de comunicar las ideas en forma argumentada es para
su posible comprensión, esta argumentación estaría estructurada en las
intenciones de los sujetos discursivos y en los intereses de los
interpretantes, ya que sería válido cierto argumento o no de acuerdo con las
características de los propios interlocutores con relación a sus creencias
históricas y culturales. Se plantea entonces que en las prácticas educativas en
especial en el nivel de media general se intenta construir el género ensayo con
el propósito de comunicar. No obstante, no se hace énfasis en la argumentación
como modo de organización discursiva.
Palabras clave: escritura; lingüística; pedagogía;
ensayo.
Fecha de
Recepción: 13-07-2018 |
Fecha de
Aceptación: 01-09-2018 |
The Argumentation as a Discursive Organization Mode in
the Construction of the Essay Genre
Abstract
This essay exposes the thematic relative of the argumentation in the
construction of the essay genre in which an affective community is involved,
allowing the communication between people with a common language that transfers
the historical and local hardware, conducting that the ideas exposed in the
argumentative production should induce the generalizing thoughts of circumbient themes, which is carried out in the
intersubjective speech. in such sense, the general objective of the
investigation is to generate from the analysis of the discourse and the
didactics of the language, a pedagogical proposal for the construction of the
genre essay at the general media education level. For this, the study is
inserted in the interpretative paradigm with a qualitative methodological
approach. in correspondence with the theme it is possible to affirm that the
argumentation is of common and spontaneous use in the daily variation and in
the educational practices, included without percating
of it. however, when the purpose of communicating the ideas is aware in an argumented form is for their possible understanding, this
argumentation would be structured in the intentions of the discussing subjects
and in the interests of the interpreters, since some argument would be valid or
not, according to the characteristics of the own partners in relation to their
historical and cultural beliefs. it is therefore raised that in educational
practices, especially at the general media level, an intended building of a
gender test for the purpose of communicating. However,
no emphasis is made in the argumentation as a mode of discursive organization.
Keywords: writing; linguistics; pedagogy; testing.
Date Received: 13-07-2018 |
Date Acceptance: 01-09-2018 |
1.
Introducción
Este ensayo
es parte de la investigación doctoral en proceso que tiene como propósito:
generar a partir del análisis del discurso y de la didáctica de la lengua una
propuesta pedagógica para la construcción del género ensayo en el nivel de
educación media general. Se basa en una
revisión teórica acerca de la argumentación como modo de organización
discursiva en el género ensayo, así como la manera para propiciar la práctica
argumentativa en la producción escrita. Con relación a ello, se fundamentará en
los elementos teóricos, pedagógicos y didácticos de la lengua.
Atendiendo
a lo anterior, se plantean propósitos relacionados al problema central de la
investigación, el cual se vislumbra como la ausencia de la práctica
argumentativa como modo de organización discursiva en la producción escrita, en
este caso en la construcción del género ensayo, esta dificultad se presenta en
los docentes de educación media general, los cuales no hacen uso de las
bondades de la argumentación en la elaboración de textos escritos por parte de
los estudiantes.
Es evidente
que se hace necesaria la búsqueda de una alternativa que coadyuve a la
situación descrita, para ello se señala la propuesta pedagógica basada en la
argumentación como modo de organización discursiva para la construcción del
género ensayo, hecho este que contribuye en afianzar la formación docente y en
permitir a los estudiantes mejorar su proceso de aprendizaje.
Asimismo,
en la construcción del género ensayo se puede considerar el modo de
organización discursiva inherente en la argumentación. Al respecto Charaudeau (2004a), señala: “se trata aquí de un conjunto de
procedimientos lo que yo mismo he llamado modos de organización del discurso
(narrativo, descriptivo, argumentativo), que deben ser considerados como
mecanismo de construcción del discurso” (pág. 26).
Estas
consideraciones, presentan a la argumentación como un modo de organización que
en la construcción de ensayos se configura en una herramienta necesaria para
acceder a los saberes organizados que forman parte de la cultura y por ello se
señala la importancia de la enseñanza de la argumentación y de sus técnicas.
2.
Desarrollo
2.1. La
Argumentación Retórica
Se entiende
por la argumentación retórica el proceso discursivo por el cual un orador logra
atraer la atención del auditorio con el propósito de convencer o persuadir
sobre determinado tema que se argumenta con premisas probables con relación a
un sistema de valores para llegar a unas conclusiones.
Martínez (2005a): expone que “en el año 1958 el teórico Perelman, renueva la retórica y la argumentación en Europa,
después de que estas disciplinas estuvieron destinadas solo al tratamiento
estilístico o género epidíctico literario, basados en las pruebas lógicas de la
verdad” (pág. 160). Para ello, Perelman, propone que
en el campo de la argumentación no es el de la certeza del cálculo, sino de lo
verosímil, plausible, o probable, escenario en el que el orador pretende
conseguir la adhesión, la intensidad variable del auditorio. Existen, dice Perelman (1997a): “otros tipos de
razonamientos diferentes de los propuestos por la lógica clásica y que, sin
embargo, no son ilógicos” (pág. 162). Esto, conduce a controversias de los
métodos lógicos experimentales, los que no logran establecer acuerdos, éstos se
sitúan en el campo de la deliberación, de la discusión, es decir, en el marco
de la argumentación.
2.2.
La Retórica Aristotélica
La
retórica de Aristóteles incluye la dialéctica, la cual se presenta como un
diálogo de lo probable, en la que se establece la definición tripartita del Ethos, el Logos y pathos. Andarcia (2006), aporta lo siguiente: “de los argumentos
procurados por el discurso hay tres especies. Unos residen en el comportamiento
del habla (ethos): otros, en poner al
oyente en una determinada disposición (pathos)
otros, en el propio discurso (logos)”
(pág. 32). A partir de ello, se diferenció tres tipos de discursos: el deliberativo,
el judicial y el epidíctico.
Con
relación al género judicial, la retórica antigua lo consideraba como un evento
comunicativo basado en acusaciones sobre lo justo o lo injusto, evaluadas ante
un juez y el auditorio propuesto era un tribunal. En cuanto al género
epidíctico hace referencia inicialmente a las honras fúnebres, y en la
actualidad se pudiera ampliar el referente a actos conmemorativos culturales,
políticos y representativos de la sociedad.
En
este orden de ideas también se halla el género deliberativo el cual se
construye en los discursos de las asambleas públicas en búsqueda de lo útil
para la comunidad. En tal sentido, lo expuesto establece una relación
importante entre los elementos que conforman un evento comunicativo argumentativo
en la construcción del discurso. Debe señalarse que
para este filósofo, la retórica cubre tres campos: una la teoría de la
argumentación, que constituye su eje central y que proporciona al mismo tiempo
el nudo de su articulación con la lógica demostrativa de la filosofía, una
teoría de la elocuencia y una teoría de los tropos.
En
este supuesto, Aristóteles intenta referenciar que la retórica concebida como
el arte de persuadir y convencer dejan de ser solo ornamentos en los textos
escritos ya sean poéticos o no, y se conforman con el discurso, es decir, la
retórica como técnica de la comunicación y del discurso persuasivo. Para
agregar a lo ya descrito el razonamiento sobre el tema de la argumentación es
dialéctico si las premisas están constituidas por opiniones generalmente
aceptadas.
Perelman (1997b), las define así: “las opiniones generalmente
aceptadas por todos, por la mayor parte o por los más notables…” (pág. 23); de
ello se infiere que un argumento persuasivo es el que persuade aquel a quien se
dirige el mismo, en el texto referido se esboza los pensamientos que expone
Aristóteles sobre razonamientos lógicos y razonamientos dialécticos haciendo
una diferencia entre verdad y opinión. Esto, hace énfasis en la adhesión entre
el orador y el auditorio a quien se dirige el argumento, hecho éste
imprescindible en el logro de la efectividad de producción argumentativa.
2.3. La Argumentación
Para
efectos de este trabajo se define como la habilidad de expresarse de forma oral
o escrita con un propósito definido tomando en cuenta el contexto social y
cultural del evento comunicativo, el interés de los interlocutores para lograr
convencer o persuadir sobre alguna situación discursiva y así causar un impacto
positivo en el otro. Para Calsamiglia y Tusón (2001):
La argumentación es una práctica
discursiva que responde que responde a una función comunicativa: la que se
orienta al receptor para lograr una adhesión. Muchos son los discursos que
incluyen esta función: el discurso de las personas que se dedican a la
enseñanza, a la política, a la predicación, a escribir ensayos que quieren
influir (pág. 294).
Por su
parte, Charaudeau (2004b), expone la argumentación
como modo de organización discursiva, el cual es para este articulo el eje
central y constructo temático del mismo. Al respecto, el autor antes citado
aporta lo siguiente:
Las
categorías prototípicas homogéneas que constituyen esta estructura son
“secuencias autónomas” (relato, descripción, explicación, argumentación y
diálogo) cuya configuración se descubre por los haces de las regularidades que
se encuentran en el texto. Para otros, se trata aquí de un conjunto de
procedimientos, lo que yo mismo he llamado “modos de organización del
discurso”, que deben ser considerados como mecanismos de construcción del
discurso de los cuales dispondrá el sujeto hablante para organizar su intención
discursiva, y no como el esquema del texto (pág. 26).
Sobre la
base de las ideas expuestas se puede considerar la argumentación como un
elemento discursivo de gran importancia para expresarnos ya sea de forma
escrita o de forma oral y que permite al sujeto hablante exponer sus ideas,
opiniones, percepciones, entre otros, con una ilación coherente y pertinente a
un evento comunicativo determinado por un propósito social determinado por los
interlocutores.
2.4.
Definición de género discursivo
Al
igual que la sociedad, el lenguaje también cambia y con estos cambios los
géneros discursivos, se han diversificado, definidos a partir de la situación
social de habla dominante. En función de ello, se identifican las diferencias
entre un escrito que se ubica en el género pedagógico, de divulgación
científica y de género científico o publicitario, religiosos, entre otros, o
sencillamente se diferencia entre una conversación familiar de una entrevista o
reportaje televisivo.
Además,
es posible diferenciar dentro de un mismo género discursivo las formas diversas
de la enunciación que son los responsables de las construcciones textuales;
para ejemplificar lo anterior en el género epistolar, hay diferentes formas de enunciación
como: carta familiar, y carta formal administrativa, otro ejemplo, en el género
periodístico se encuentran las crónicas, reportajes, e informaciones, entre
otros.
De
igual manera, los géneros privilegian modos de organización diferentes: en el
género literario en específico la novela, la organización por excelencia es la
narrativa, aunque también se encuentra la argumentativa, expositiva,
explicativa y dialogal. Otro ejemplo que se puede considerar es el género
pedagógico en el que se privilegia la explicación que según al público que se
dirige varía la organización narrativa si es educación primaria y explicativa o
expositiva en constantes construcciones a través de ensayos en el nivel de
media general y universitario.
Es
oportuno considerar que, cuando se trata de narración, argumentación y
explicación se trata de formas o modos de organización y no de géneros
discursivos. El aporte que realiza Martínez (2005b),
al respecto:
Los
géneros discursivos se relacionan con las prácticas sociales humanas: habrá
tantos géneros discursivos que no existen en unas sociedades y si en otras,
pues en aquellas no hay prácticas sociales que existan en estas. Por ejemplo,
hay comunidades donde no existe el género científico o, el género pedagógico
institucional, allí los géneros más utilizados son el conversacional y el
relato cotidiano (pág. 59).
Según lo descrito hay una evidente relación
entre prácticas sociales y uso del lenguaje, en tanto que los géneros
discursivos, forman parte fundamental de las construcciones discursivas de las
sociedades y los sujetos discursivos de estas mismas sociedades.
2.5.
El ensayo y la construcción de la identidad discursiva
Todo
texto ya sea oral o escrito se inscribe en un género textual determinado en el
caso tratado, el ensayo se vincula necesariamente a una práctica social y
comúnmente utilizada en el ámbito escolar y académico. Esta práctica discursiva
se caracteriza por el tipo de discurso, en esta oportunidad la argumentación
como modo de organización del discurso en el género ensayo. Visto de esta forma, la práctica discursiva
se inserta en modos y tipos, con relación a ello, Serrano (2005a),
propone que:
Una
práctica discursiva (La cual moviliza modos y tipos discursivos y géneros
textuales), se encuentran en tres planos interrelacionados: el de la
enunciación (el cual se inscribe el enunciador y el enunciatario), el del
enunciado (mediante el cual el enunciador se dirige al enunciatario) y el del
referente (al cual refiere el enunciador mediante el enunciado). Enunciador,
enunciatario y referente son roles discursivos inscritos en el texto (pág. 91).
En
efecto, esta formulación plantea que la construcción discursiva llevada a cabo
por estos componentes y que se origina en la generación de un texto que un
oyente o un lector interpreta, esto permite una interrelación entre el
enunciador, el enunciatario y referente que dan cuenta de qué es lo que se
propone argumentar en un texto bajo las propiedades de coherencia y cohesión, a
través de la interpretación del referente.
Debe
señalarse que para el autor antes mencionado el enunciador y referente asumen
roles lingüísticos, cognitivos y evaluativos que se complementan recíprocamente
a través del intercambio de información en la que la interpretación juega un
papel realmente importante.
Por
otra parte, la argumentación y la narración son dos modos discursivos que se
ponen al servicio uno del otro en las prácticas comunicativas ya sean orales o escritas,
en la temática planteada que es el ensayo la narración del referente ocasiona
que se entrelacen argumentos basados en valores axiológicos, estéticos,
afectivos y razonables. En palabras de Martínez (2005c):
“El reconocimiento del enunciado como espacio común donde se construyen y
evidencian las fuerzas enunciativas, ofrece una explicación de la construcción
tridimensional del sujeto discursivo: axiológico (Ethos), emotivo (Pathos),
razonable (Ratio)” (pág. 11).
Sin
duda, la argumentación en el género ensayo colabora en la construcción
discursiva de la identidad del sujeto. Parafraseando a Serrano, (2005b): “producir y acrecentar la adhesión suponen dos
procesos discursivos diferentes: el primero, cuando se obtiene la adhesión de
alguien a una tesis, es ocasionar en ese alguien una trasformación identitaria,
trasforma sus creencias, sus valores” (pág. 98).
En el
segundo caso, el proceso discursivo acrecienta la adhesión de alguien a una
tesis si se garantiza en el discurso argumentado sus creencias, valores y
afectos. Bajtin (1979), citado en Martínez (2005d): “el enunciado se plantea como la única unidad que
puede posibilitar la construcción de la metáfora del mundo, es decir, la
presentación del mundo interpretado en el discurso” (pág. 13); esta relación
intersubjetiva hace que se ponga de manifiesto la identidad del sujeto su
visión del mundo y la compresión de los fenómenos del entorno.
2.6. El
Género Ensayo
Se
considera para este trabajo como una producción escrita con unas
particularidades propias de un trabajo académico y se presenta como el
resultado de una revisión documental previa sobre una temática cultural,
histórica, literaria científica, social, entre otros. Para Díaz (2004a): “el ensayo es un trabajo intelectual por tratar
sobre un tema, un problema, una propuesta o un fenómeno con originalidad,
libertad, coherencia y elegancia literaria.
Su origen puede ubicarse en el renacimiento con los trabajos de
Montaigne y Voltaire” (pág. 108). Parafraseando a Díaz (2004b):
“un ensayo puede ser un trabajo corto que debe reflejar dominio del tema,
competencia lógica y competencia comunicativa, su construcción puede combinar
la descripción, narración, exposición y argumentación” (pág. 110).
Al respecto
de la elaboración del género ensayo en el contexto educativo es frecuente y el
propósito del mismo en el aprendizaje puede incidir favorablemente en la promoción del trabajo intelectual
independiente y en la libertad de opinión, propiciar el desarrollo del pensamiento
crítico reflexivo, divergente, convergente y creativo, estimula la producción
de conocimientos significativos, posibilita el desarrollo ético y estético del
estudiante al reconocer los aportes de otros, ayuda a organizar los
conocimientos.
2.7. La
argumentación y el ensayo
La argumentación
y el ensayo representan una actividad académica de mucho valor en las prácticas
educativas, a través de ellos se logra producir textos con originalidad y
pertinencia, en el que el estudiante demuestra su habilidad para exponer sus
ideas sobre algún tema con argumentos válidos a un posible lector o
destinatario.
Para esta
investigación se define el género ensayo como una labor académica que estimula
el aprendizaje independiente, la libertad de opinión promociona la reflexión,
la crítica, la autonomía en la escritura y la creatividad. Vale señalar que en
la escritura y reescritura de ensayos se utiliza la argumentación como modo de
organización discursiva.
En atención
a lo anterior para la elaboración de ensayos se debe considerar la coherencia,
el orden, la precisión, la originalidad, el aparato crítico, la revisión de
textos, la interpretación, el análisis, la argumentación con ejemplos y
aportes, además ofrecer conclusiones sobre la temática trabajada en el escrito.
2.8.
Proceso de la enseñanza de la escritura
En la
actualidad los enfoques pedagógicos en la enseñanza de la escritura sugieren
que no se debería considerar el proceso de la escritura como una técnica
estándar donde el individuo descifre reproduciendo y repitiendo lo observado,
al contrario, la escritura como una actividad cognitiva en la que el individuo
construye el texto con una finalidad clara y definida.
Para tal
efecto, el acto de escribir cumple con varias etapas desde el momento que la
persona tiene intención de expresar sus ideas o pensamientos y plasmarlas en un
papel. Según Cassany (2008a): “los procesos de
composición son todo lo que se piensa, hace y se escribe, el autor desde que
tiene la intención de escribir un texto hasta la versión final” (pág. 175).
Así, el autor antes señalado, describe las estrategias cognitivas utilizadas
por el escritor al momento de escribir un texto hasta la versión final, que en
este proceso de construcción propone ideas, busca referentes, organiza,
redacta, y en esta elaboración se fomenta el estilo del escritor.
En función
de lo anterior, Jolibert (2008): establece fases para
el proceso de escribir, que implica la relación docente estudiante, estas se
describen a continuación:
1). Iniciar
la producción de un texto a partir de un contexto oral y con significado para
el niño; 2). Establecer los elementos relevantes en la composición escrita (a
quién le escribo, con qué propósito lo hago, qué es lo que quiero decir); 3).
Realizar en la primera escritura individual un esbozo completo del tema; 4).
Confrontar las primeras escrituras entre los alumnos del grado; 5). Confrontar
la escritura con expertos como es el caso del maestro facilitando en las formas
del discurso o en la gramática textual (conectores, subtítulos, tiempos
verbales, entre otros); 6). Reescritura individuales, parciales o globales; 7).
Revisar la versión final del texto; 8). Evaluar el texto producido. (pág. 166).
Se puede
aseverar que la facilitación del docente en el proceso de la adquisición de la
escritura es una labor de importancia en la formación del individuo desde sus
primeros inicios escolares y que se lleva a lo largo de la vida, además se
establece en el individuo la capacidad para expresar sus ideas, pensamientos y
conocimientos del mundo a través del registro escrito.
En tal
sentido, Quintero, Molina y Di Gravia (2017), aportan
lo siguiente: “la escritura ocupa un sitial preponderante en los procesos de
formación académica y por este motivo los responsables de orientar ese
aprendizaje deben involucrarse, muy comprometidamente en todo lo que implique
mejorar las estrategias de enseñanza” (pág. 33); cómo se puede evidenciar, la
práctica académica se fortalece con la aprehensión del conocimiento a
través de las habilidades y destrezas
para leer y escribir, por tal motivo es necesario que los enseñantes de la
lengua ejecuten estrategias significativas para el aprendizaje de la misma.
2.9.
Construcción del género ensayo y la escritura
Escribir
corresponde a una de las habilidades del lenguaje pareada con leer, al
respecto, Odreman (2005), explica: “escribir es un
hecho lingüístico cuya esencia consiste en producir significados a través de un
sistema de signos gráficos estables” (pág. 24); no obstante, la escritura
representa un creativo y complejo proceso que da respuesta a la necesidad de la
humanidad para trascender, de contar vivencias para la posteridad y de hacer
conocer las ideas, los pensamientos y sentimientos a través de un código y de
la comunicación o del lenguaje.
Por el
contrario, a lo expuesto, la escuela como han aportado Bettelheim
y Zelam (1983), citados en Gutiérrez (2010): “despoja
a la escritura… de esa cualidad creadora, transformadora y liberadora que es
inherente a la palabra escrita” (pág. 25); así en el nivel de media general en
el área de lengua la escritura de ensayos con argumentos sólidos en el discurso
escrito no se genera.
En
este sentido, la escritura de acuerdo con Flower y
Hayes (1996), citados en Marín (2006a), es un proceso
estructurado en etapas: preescritura, escritura y revisión consideradas
“momentos recursivos que se imbrican, se superponen, se repiten y vuelven sobre
si mismos una y otra vez. Esos momentos, además, interactúan con los
conocimientos y las habilidades lingüísticas de los que escriben” (pág. 277);
en relación con la cita, conviene señalar que el sujeto que escribe pasa por
los tres procesos.
Siguiendo
ese orden de ideas, la preescritura corresponde a la fluidez de pensamientos,
conocimientos que se hallan en la mente del escritor, que se amplían con la
lectura de diferentes materiales tales como: la conversación entre pares, la
vista de un video o película e incluso escuchar música o salir de paseo. En función
de ello, Serrano, Peña, Aguirre, Figueroa, Madrid, y Cadenas (2002a): consideran que la preescritura, la planificación o
preparación de un escrito “implica una serie de operaciones…se recopila un
material, se lee, se selecciona y se descarta aquello que no guarda relación
con lo que queremos desarrollar” (pág. 25).
En
este componente de la escritura; Calkins (1997),
citado en Serrano, et al. (2002b), describen la fase
de preparación de la escritura como aquella en la que “los escritores trazan
posibles líneas de desarrollo para sus textos, o diseñan un recorrido para sus
ideas” (pág. 25). Esta tarea de planificación de puede realizar de forma
individual pero no excluye realizar en equipos que permita el intercambio de
opiniones para nutrir el texto. Por otra parte, Cassany (2008b),
explica lo siguiente:
En
el proceso de planificación los escritores se forman una representación mental
de las informaciones que contendrá el texto. Esta representación es muy
abstracta. No es necesariamente un esquema completo y desarrollado. En algunos
casos, una palabra clave puede representar una cadena completa de ideas,
además, no es preciso que sea verbal: puede ser una imagen visual (pág. 175).
Dicho
de este modo, es el escritor quien decide qué idea, expresión o tema abordará
el texto en este subproceso de escritura. Seguidamente, se revela la
textualización que la define Flower y Hayes (1996),
citados en Marín (2006b): “esencialmente en el
proceso de convertir las ideas en lenguaje visible” (pág. 285); describiendo la
naturaleza peculiar de la tarea de escribir porque al elaborar el primer
borrador, aun cuando es el pensamiento del autor el que se plasma o se traduce,
seguramente no se hace con las convenciones requeridas. Según Smith (1982),
citado en Serrano, et al. (2002c): el escritor se
permite “cambiar de lugar una palabra, añadir otra, tachar una idea, ampliarla
y/o desarrollarla de otra manera” (pág. 26).
Con
base a lo formulado, en la construcción de la argumentación como modo de
organización del discurso del género ensayo en el contexto de estudio permitirá
a los estudiantes hacer uso de los procesos de la escritura para planificar sus
ideas, plasmarla, reescribirlas para darle mejor sentido a las ideas que el
escritor pretende adherir al auditorio, al enunciatario o enunciatarios. De
este modo, el escritor confirma que el texto expresa realmente con claridad lo
que él desea comunicar en el discurso, como lo expone Marín (2006c): “el que escribe va produciendo cambios, cuya
profundidad y cantidad depende… de su grado de pericia” (pág. 289).
Dentro
de este contexto importa que la revisión textual permita al escritor dar forma
al texto, ajustarlo a los propósitos previstos, adaptarlo al auditorio, entre
otras. En función de ello, los estudiantes deberían comprender el proceso de la
escritura de ensayos bajo la argumentación la importancia de la revisión del
texto tantas veces como sea posible.
Ahora
bien, conviene expresar que los procesos de escritura no se dan de forma lineal
o como etapas sucesivas sino más bien, recursivas, lo que permite al escritor
ir y venir en los pasos ya descritos. De tal manera, que compete al docente
llevar a cabo acciones y propuestas idóneas para que el estudiante se acerque
en la práctica de la escritura a la producción de ensayos con argumentos
elaborados con coherencia y cohesión bajo las técnicas de la argumentación como
modo de organización del discurso.
3.
Conclusiones
Los planteamientos
expuestos reflejan la importancia pedagógica que tiene la argumentación con
relación al alcance de competencias y habilidades en el desarrollo integral de
los jóvenes para que se expresen de forma coherente y con propiedad sobre los
aprendizajes o conocimientos escolares que conforman la academia.
Sin embargo, si no se
utiliza la argumentación como modo de organización discursiva incidirá en la
apropiación y empoderamiento del lenguaje como una construcción social que
permita a los estudiantes y profesores crear la posibilidad de interactuar en
múltiples situaciones y experiencias que se proyectan en la expresión oral o
escrita del estudiante y en su proceso de formación. Martínez (2005e), señala:
El
género discursivo está relacionado con los grados de complejidad de las
sociedades, pues sintetiza la relación entre práctica social y uso del lenguaje
en una situación específica y esta, por tanto, relacionado con la evolución
misma de las sociedades y el lenguaje (pág. 59).
Según lo expresado por la
autora, la utilización del discurso argumentado es de gran utilidad y
relevancia para los sujetos intersubjetivos que aun sin percatarse de ello,
habitualmente están elaborando, organizando y estructurando discursos, más aún
en la labor académica en la cual constantemente se plasma o registra los
diversos enunciados y producciones textuales.
Esto representa que la argumentación y el ensayo están
indisolublemente ligados a las prácticas educativas como un elemento
comunicativo de gran importancia. Ahora bien, esto ocasiona una relación mutua
entre los interlocutores, que partiendo de la argumentación como modo de organización
discursiva y de la didáctica de la lengua se hace consiente en el entorno
educativo. Es así como los sujetos discursivos asumen una posición crítica y
reflexiva frente a un discurso oral o escrito.
4.
Referencias
Andarcia, R.
(2006). Origen y tendencias del estudio
del Ethos: de Aristóteles el análisis del discurso. Textura (CETEX), 5(8), 29-41. ISSN:
1317-5920.
Cassany, J. (2008a,b). La
cocina de la escritura. Barcelona, España: Anagrama.
Calsamiglia, H., &
Tusón, A (2001). Las cosas del decir.
España: Editorial Ariel.
Charaudeau,
P. (2004a,b). La Problemática de los géneros. De la
situación a la construcción social. Revista
Signos, 37(56), 23-39, ISSN: 0718-0934. Recuperado de: http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09342004005600003
Díaz, D (2004a,b) Como
se elabora un ensayo. Acción
pedagógica, 13(1), 108-113. Recuperado de: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/17148/2/documento2.pdf
Gutiérrez, M. (2010). Mundos posibles para leer y escribir en la escuela: Biografía y
autobiografía. Colección Brújula
Pedagógica, 2. Caracas, Venezuela: Editora El Nacional.
Jolibert, J. (2008).
Interrogar y producir textos auténticos
vivencias de aula. II parte. Chile: Dolmen-Estudio.
Marín, M. (2006a,b,c). Lingüística
y enseñanza de la lengua. La enseñanza de la lengua. Larousse. Biblioteca Didáctica, 5. México: Larousse.
Martínez, M. (2005a,b,c,d,e).
La construcción del proceso argumentativo. Cátedra UNESCO para la lectura y
la escritura. Cali, Colombia: Universidad del Valle.
Odreman, N.
(2005). Estrategias para el desarrollo
de las competencias comunicativas. Colección
Brújula Pedagógica, 02. Caracas, Venezuela: Editora El Nacional.
Perelman, Ch. (1997a,b). El imperio retórico. Colombia: Editorial Norma.
Quintero, G., Molina, T., & Di Gravia, A. (2017). Competencias
de Escritura en Estudiantes de la Carrera de Educación. (Caso: Universidad
Pedagógica Experimental Libertador. Mérida, Venezuela). Revista Scientific, 2(3), 31-52.
Recuperado de: https://doi.org/10.29394/scientific.issn.2542-2987.2017.2.3.2.31-52
Serrano, E. (2005a,b).
Didáctica del Discurso: Narración, Argumentación y construcción de identidad. Cátedra
UNESCO para la lectura y la escritura. Colombia: Universidad del valle.
Serrano, S., Peña, J., Aguirre, R,
Figueroa, P., Madrid, A., & Cadenas, l. (2002a,b,c). Formación
de lectores y escritores autónomos. Orientaciones didácticas. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes y Fe y Alegría, Zona los Andes.
Magdaly
Carolina Méndez Omaña
e-mail: mgdy.m41@gmail.com
Nacida en Mérida, Venezuela.
Magister Scientiarum en Gerencia
Educativa de la Universidad Nororiental Privada “Gran Mariscal de Ayacucho” en
agosto del año 2016. Especialista en
Evaluación Educacional en la Universidad Valle del Momboy
en marzo del año 2009. Licenciada en Educación de la ULA en diciembre del año 2006.
Licenciada en Letras de la ULA en Mención
Lengua y Literatura Hispanoamericana y venezolana en septiembre del año 2001.
Docente activa del Ministerio del Poder Popular para la Educación, facilitadora
del Seminario de Investigación de la UVM, asesor,
tutor y jurado de trabajos especiales de grado.
El contenido de este
manuscrito se difunde bajo una Licencia
de Creative Commons
Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual
4.0 Internacional
- Versión Original -
DOI: https://doi.org/10.29394/Scientific.issn.2542-2987.2019.4.11.18.341-359