Ensayos

Importancia del Autoconcepto para la Construcción del Conocimiento

Importance of the Self-Concept for the Construction of Knowledge

http://orcid.org/0000-0002-2426-4348 Karen Tatiana Quintero Gutiérrez
Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL, Venezuela

Importancia del Autoconcepto para la Construcción del Conocimiento

Revista Scientific, vol. 5, núm. 16, 2020

Instituto Internacional de Investigación y Desarrollo Tecnológico Educativo

Recepción: 21 Noviembre 2019

Aprobación: 19 Febrero 2020

Publicación: 05 Mayo 2020

Resumen: A través del presente ensayo, se pretende estudiar la importancia del autoconcepto para la construcción del conocimiento, fundamentado en autores como Markus (1977); González y Tourón (1992); Fernández y Goñi (2008); Pérez y Quintero (2016), describiendo desde lo más complejo de la sociedad actual cómo el individuo es capaz de autorreconocerse y definirse para poder seleccionar las estrategias cognitivas y metacognitivas necesarias y adecuadas para desarrollar una actividad educativa de calidad, por ende se sustenta en la línea de investigación Proceso Cognitivos en Educación Infantil: Concepciones Teórico-Metodológicas para su abordaje en niños y docentes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), centrada en el análisis sistemático de los procesos de pensamiento que ocurren en la construcción del conocimiento como: atención, percepción, concentración, memoria, análisis, síntesis, elaboración de conceptos, entre otros.

Palabras clave: formación de conceptos, estructura del conocimiento, aprendizaje, cognición, pedagogía.

Abstract: Through this essay, we intend to study the importance of self-concept for the construction of knowledge, based on authors such as Markus (1977); González and Tourón (1992); Fernández and Goñi (2008); Pérez and Quintero (2016), describing from the most complex of today's society how the individual is able to recognize and define themselves in order to select the cognitive and metacognitive strategies necessary and appropriate to develop a quality educational activity, therefore it is based on the Research line Cognitive Processes in Early Childhood Education: Theoretical-Methodological Concepts for its approach in children and teachers of the Libertador Experimental Pedagogical University (UPEL), focused on the systematic analysis of the thought processes that occur in the construction of knowledge such as: attention, perception, concentration, memory, analysis, synthesis, elaboration of concepts, among others.

Keywords: concept formation, structure of knowledge, learning, cognition, pedagogy.

1. Introducción

La sociedad actual, se constituye como un sistema complejo donde se articulan diferentes ámbitos del quehacer humano, bajo características emergentes que aquilatan un conjunto de propiedades distintivas de los individuos, las cuales germinan de acuerdo a sus propias perspectivas, otorgándole un carácter netamente personal y generando una revolución de pensamiento que obliga a construir nuevas herramientas para enfrentar tal transformación social desde lo individual.

Por ende, se está originando una nueva sociedad del conocimiento que, requiere la atención inmediata desde su principal contexto de desarrollo como lo es el sistema educativo, demandando una renovación urgente en la práctica pedagógica y exigiendo mayor atención a las características individuales y complejas de cada individuo, con el firme propósito de generar la ansiada transformación educativa, que hoy en día se enfrenta a lo multidisciplinar.

En tal sentido, se requiere implementar nuevos procesos pedagógicos transdisciplinares para alcanzar el éxito en la construcción del conocimiento, propiciando la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje, por lo cual se hace necesario, anclarse de nuevos modelos teóricos que destaquen lo individual sobre lo grupal; donde el estudiante tenga un rol activo y protagónico en la construcción de su propio conocimiento, partiendo de la concepción que tiene sobre sí mismo, tal y como lo es el autoconcepto.

En función de estos planteamientos, se considera relevante estudiar la importancia que posee el autoconcepto para la construcción del conocimiento, como medio para optimizar la praxis pedagógica y promover la transformación educativa hacia un nuevo modelo social complejo, que impulse a los individuos a desplegar su máximo potencial académico, atendiendo a sus necesidades e intereses y en concordancia con sus potencialidades y destrezas.

Por consiguiente, en el presente ensayo se desarrollan fundamentos teóricos que permitirán construir un andamiaje teórico en función del propósito de la investigación, tales como: la visión histórica del autoconcepto, su conceptualización, la vinculación con la educación y la construcción del conocimiento, los cuales permiten comprender la importancia del autoconcepto para la construcción del conocimiento.

2. Desarrollo

2.1. Visión histórica del autoconcepto

El apotegma más famoso de la antigüedad “gnóthi seautón”, escrito en el templo de Apolo, donde se encuentra el famoso oráculo de Delfos y que se traduce como Conócete a ti mismo, refiere que la principal necesidad de una persona para acceder a la sabiduría es el autoconocimiento.

La fama de esta frase se esparce en la obra de numerosos autores como Sócrates (470-399 a.C.), por ejemplo, exhorta a ocuparse primero del conocimiento de sí mismo antes de tratar de penetrar en los misterios del saber, por su parte Foucault (1926-1984), se refería a ésta como la verdad ética que transforma al sujeto y lo transfigura.

Sin embargo, el término autoconcepto tiene su génesis en los estudios de psicología realizados por William James (1890-1963), como lo señala Luna (2013a), describe que el autoconcepto es: “un conjunto de representaciones que las personas hacen de sí mismas, a partir de la idea del self como un agente que piensa y percibe (un “yo” conocedor) y como objeto de reflexión (“mi” o “yo” objeto de conocimiento)” (pág. 64).

Estos planteamientos, establecen una jerarquía sobre los elementos que conforman el autoconcepto y le dan una concepción multidimensional al mismo, que parte de lo material, lo social y lo espiritual. Su teoría aún se mantiene vigente, pues se considera que todos los demás teóricos del tema, sólo han profundizado sobre estos planteamientos. Por su parte, Luna (2013b), basándose en la teoría del autoconcepto de Cooley, señala que el mismo: “es una especie de reflejo de las percepciones que tiene el individuo acerca de su imagen ante los otros” (pág. 65); es decir, que el individuo, para poder edificar su autoconcepto, le otorga gran importancia a la interacción que establece con otros.

De igual manera, González y Tourón (1992a), señalan que el autoconcepto: “es el resultado de las hetero-percepciones que los demás tienen y manifiestan de nosotros mismos” (pág. 44); y “la característica distintiva de la persona es la capacidad de ser sujeto y objeto para sí mismo” (pág. 42); reafirmando que el autoconcepto se desarrolla a través de las interacciones sociales que el individuo establece en el transcurrir de su vida.

Por otro lado, Combs, Ávila y Purkey (1978), citados por González y Tourón (1992b), destacan el papel que juega el autoconcepto en la conformación de la conducta, al respecto, los autores expresan que: “el autoconcepto actúa como un filtro selectivo de todo lo que la persona percibe, de modo que se tiende a seleccionar la información que apoya y corrobora las convicciones ya existentes acerca del yo” (pág. 56).

Así mismo, González y Tourón (1992c), señalan que el autoconcepto, es la “forma en que la persona se ve y siente con respecto al mismo” (pág. 59); constituyéndose como una estructura de suposiciones que le permiten regularse. En el mismo sentido, otros teóricos del autoconcepto, como Kinch (1963); Shavelson, Hubner y Stanton (1976), establecieron el autoconcepto con modelos multidimensionales a partir de datos empíricos, en los mismos se describen elementos, estructuras, componentes y otros factores que estructuran el mismo como consecuencia de la interacción social.

Complementando estos postulados, Luna (2013c), plantea el autoconcepto como una teoría de sí mismo, que incluye: “subsistemas de conceptos, internamente consistentes y jerárquicamente organizados; presenta diferente “sí mismos” empíricos (corporal, espiritual y social); es una organización dinámica…; y, se desarrolla a partir de la experiencia” (pág. 66). Paralelamente, se constituye como un modelo multidimensional y jerárquico que toma en cuenta la evolución del individuo a través de las edades, su estructura y las percepciones, al respecto Luna (2013d), manifiesta que, a través de este modelo, el autor: “identifica los elementos, la organización y la jerarquización del concepto de sí mismo, desde la infancia hasta la vejez, de modo de trazar una imagen evolutiva de este constructo” (pág. 66).

Por su parte, Markus (1977): reformula la teoría del autoconcepto a través de su planteamiento sobre el self-schemata o autoesquema, que consiste en un conjunto de ideas estructuradas y almacenadas en la memoria que permiten orientar la conducta (pág. 64). En este orden de ideas, el autoconcepto, según González y Tourón (1992d): “es una estructura de conocimientos acerca del sí mismo y un proceso que influye en todas las fases del procesamiento de información” (pág. 99).

En definitiva, las investigaciones sobre el autoconcepto siguen avanzando y abarcando diferentes ámbitos del quehacer humano desde la psicología y la sociología hasta la educación. En las mismas, se evidencian elementos de gran importancia como estructuras, funciones, dimensiones, conducta, contenidos, procesos cognitivos, entre otros aspectos que son importantes para la construcción del conocimiento y el rendimiento académico.

2.2. Conceptualización del Autoconcepto

El autoconcepto, ha sido estudio desde diferentes ámbitos y por ende su conceptualización ha sido diversa, sin embargo, para Fernández y Goñi (2008): en la mayoría de los casos, hace referencia a “las percepciones que el individuo tiene de sí mismo” (pág. 14). En el mismo orden de ideas, Purkey (1970), lo define como: “un sistema complejo y dinámico de creencias que un individuo considera verdaderas respecto a sí mismo teniendo cada creencia un valor correspondiente” (pág. 7).

Por su parte, Esnaola (2005): define el autoconcepto, como los conocimientos que un individuo forma: “a partir de la experiencia y las interpretaciones de su ambiente. Se encuentra influido especialmente por las evaluaciones de los otros significativos, los reforzadores y las atribuciones de la persona sobre su propia conducta” (pág. 266).

Así mismo, se puede señalar, de acuerdo a los postulados de González y Tourón (1992e), que el autoconcepto es: “una estructura cognitiva, que contiene imágenes de lo que somos, de lo que deseamos ser y de lo que manifestamos y deseamos manifestar a los demás” (pág. 109); y en definitiva, como plantean Núñez, González-Pienda, García y González (1997): son “percepciones que una persona mantiene sobre sí misma formadas a través de la interpretación de la propia experiencia y del ambiente” (pág. 273).

Finalmente, se puede definir el autoconcepto como la imagen que cada individuo construye de sí mismo, consolidada a través de factores externos (social, familiar, académico) y factores internos (emociones, sentimientos, pensamientos, cultura, conocimientos), los cuales son potencializados por el contexto en que se desenvuelve. Es importante señalar que esta imagen se forma a partir de diversas variables, pero es particularmente influenciado por la percepción de sí mismo, y a medida que el sujeto se logra autodefinir estas percepciones se vuelven más organizadas, detalladas y específicas.

2.3. Autoconcepto y Educación

Existe una gran discrepancia en las teorías que sustentan la relación entre el autoconcepto y la educación, y es que, algunos estudios manifiestan que el autoconcepto tiene repercusión directa sobre la educación, otros expresan que los resultados académicos influyen directamente sobre el conocimiento de sí mismo y otros, sostienen que existe una relación recíproca, lo que sí queda verazmente claro es, como lo plantea Luna (2013e), que el concepto de sí mismo: “constituye un aspecto importante para los modelos de enseñanza-aprendizaje” (pág. 80).

En tal sentido, y de acuerdo a lo expuesto por Sánchez (2015a): “la importancia del autoconcepto en el proceso de enseñanza-aprendizaje, se debe a que en el éxito o fracaso escolar, influyen no sólo las capacidades de los alumnos sino también lo que cree que es capaz de hacer” (pág. 19); así mismo, el autor expresa que: “el concepto que el alumno tiene de sí mismo condiciona toda su actividad escolar, sus esfuerzos y sus niveles de motivación y aceptación” (pág. 18).

En este orden de ideas, Luna (2013f): manifiesta que algunos “estudios demuestran una correlación positiva y significativa entre la actitud de docentes y el autoconcepto de estudiantes” (pág. 83); al respecto, es importante considerar los planteamientos de González y Tourón (1992f), quienes expresan que:

El autoconcepto es una variable crítica en la educación por ser tanto una variable interviniente importante en el proceso de aprendizaje, como un objetivo educativo en sí mismo. En la planificación curricular, por tanto, se debe abordar el desarrollo de autoconceptos adecuados en los estudiantes. Los climas de clase humanísticos, centrados en la persona, son los que más contribuyen al desarrollo de auto conceptos positivos (pág. 282).

Sin embargo, se observa con gran preocupación que el autoconcepto, a pesar de haber sido tratado tan ampliamente, no es tema de desarrollo en el ámbito educativo actual. Muchos son los docentes que desconocen su incidencia en el desenvolvimiento académico del estudiante y la construcción del conocimiento por parte del mismo, en cualquiera de sus niveles de escolarización.

2.4. Construcción del Conocimiento

La construcción del conocimiento, según lo expuesto por Pérez y Quintero (2016a): se refiere a la “adquisición de los aprendizajes, por parte de los estudiantes, quienes deben relacionar su estructura cognoscitiva con los contenidos nuevos, adquiridos durante el proceso de formación profesional, la cual le permite transferir los saberes alcanzados a situaciones cotidianas” (pág. 201).

En tal sentido y de acuerdo con los planteamientos de Moreno (2012a), el proceso de construcción del conocimiento: “está encaminado al desarrollo del pensamiento de modo lógico, crítico y creativo, no solamente es cognoscitivo, sino que se acompaña de análisis y del actuar, es decir, considera lo conceptual, procedimental y actitudinal” (pág. 264).

De igual manera, es preciso señalar que la construcción del conocimiento se concibe como un proceso complejo, dinámico e integral que abarca diversos ámbitos del quehacer humano. Para Ramírez (2017):

Es un proceso sociocultural que obedece al carácter de integralidad del desarrollo de la capacidad transformadora humana, generado en la dinámica de las relaciones entre los sujetos en la sociedad, a través de una constante, sistemática relación, capaz de potenciar su comportamiento en el ser, hacer, saber, convivir (pág. 270-271).

En definitiva, la construcción del conocimiento se produce mediante la elaboración de un conjunto de esquemas, que involucran la memoria o saberes previos, la percepción y la ordenación de la información, por ende, se concibe como un proceso de cimentación de representaciones. En atención a ello, el sistema educativo, de acuerdo a Pérez y Quintero (2016b), estima que: “el estudiante construye sus conocimientos de la relación que establece con sus saberes previos, así como sus experiencias personales” (pág. 202); por ello la importancia del entorno social y de la concepción que el sujeto tiene sobre sí mismo para la construcción del conocimiento.

2.5. Importancia del Autoconcepto para la construcción del conocimiento

La importancia que tiene el autoconcepto para la construcción del conocimiento, radica en que el individuo construye sus esquemas mentales y procesa la información conforme a la concepción que tiene de sí mismo, de cómo se define y del significado que tiene para él esta nueva información. De tal modo, las diversas teorías del autoconcepto defienden su rol protagónico como mediador entre los aspectos cognitivos y los conductuales.

Al respecto, Sánchez (2015b), señala que: “los intentos por explicar la propia conducta dan lugar a la formación de estructuras cognitivas sobre el sí mismo” (pág. 10); lo cual es denominado como autoesquemas, a través de los cuales se produce la construcción del conocimiento implementando procesos como el almacenamiento, organización y procesamiento de la información, percepción, análisis, elaboración de conceptos, entre otros.

En tal sentido, la importancia del autoconcepto para la construcción del conocimiento, se sustenta en los postulados de González y Tourón (1992g), quienes señalan que:

El autoconcepto no es sólo una estructura, que contiene la representación del conocimiento que la persona tiene de sí misma, sino a la vez un proceso implicado en la interpretación, almacenamiento y utilización de la información personal, es decir, es una estructura activa de procesamiento de la información (pág. 86).

En otras palabras, el autoconcepto es un proceso relacionado directamente con la construcción del conocimiento, pues a través del mismo se desarrollan los procesos cognitivos como la percepción, el razonamiento, la atención, pero vinculados directamente con la concepción que el individuo tiene de sí mismo, sobre sus intencionalidades e interés. En tal sentido y de acuerdo con Valbuena (2008), citado por Pérez y Quintero (2016c), señala que es el estudiante: “quien elabora su realidad, o al menos la interpreta basándose en sus percepciones” (pág. 202).

En definitiva, y acorde con los planteamientos antes expuesto, desde la concepción del autoconcepto hasta la construcción del conocimiento, se estima que el autoconcepto es importante para la construcción del conocimiento pues, tal y como lo afirman González y Tourón (1992h): actúa “como marco o filtro desde el que se procesa la nueva información y a su vez está en la base de los futuros juicios, decisiones, inferencias y predicciones” (pág. 88).

3. Reflexiones Finales

Es evidente que la sociedad ha avanzado a pasos agigantados y por ende, se hace necesario reinventar la educación en función de un sistema social complejo que vive en los actuales momentos una marcada revolución del pensamiento, en consecuencia, enfrentar la educación desde el autoconcepto para alcanzar con eficacia la construcción del conocimiento se convierte en un elemento de gran importancia para la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Tal y como lo señalan Morin y Delgado (2014): para construir nuevos derroteros hacia “la metamorfosis de la humanidad requerimos reinventar la educación, o lo que es lo mismo, avanzar por la vía que enlaza la ciudadanía con la transformación de la política y las reformas del pensamiento y la enseñanza” (pág. 11).

En función de ello, Moreno (2012b), manifiesta:

Repensar la educación en función de los requerimientos de la sociedad actual, a la cual se le atribuye el nombre de la sociedad del conocimiento, ha hecho reestructurar la educación pasando de una educación con énfasis en lo cognitivo a una educación integral, en que se involucre el conocer, hacer, ser y el convivir; para lograr un proceso de construcción del conocimiento que permita a los estudiantes desarrollar un pensamiento y modo de actuar lógico, crítico y creativo (pág. 253).

Por ende, el individuo desde su autoconcepto, se convierte en el protagonista de la construcción de conocimientos, y con esto de su propia verdad. En referencia al tema, la construcción del conocimiento desde el autoconcepto parte de la interacción con su entorno, sin embargo, el producto estribará en el desarrollo de sus capacidades cognitivas.

En concordancia, Moreno (2012c), considera que:

La concepción de educación ha cambiado notoriamente y que esto les atribuye a sus miembros una nueva manera de funcionar y actuar. Se habla constantemente de una educación integral que además de lo cognitivo los estudiantes desarrollen destrezas, habilidades, competencias, que le permitan enfrentarse a la vida con criterios lógicos, críticos y creativos; a nivel educativo el proceso de la construcción del conocimiento está basado en lo antes mencionado (pág. 266).

En conclusión, en la educación actual, se ha hecho necesario incorporar aspectos de gran envergadura para la construcción del conocimiento como lo es el autoconcepto. Igualmente, es imprescindible conquistar la producción del conocimiento desde lo complejo, lo multidimensional e interdisciplinario.

En otras palabras, la construcción del conocimiento desde el autoconcepto, es consecuencia de un proceso cognitivo básico que requiere percepción, concentración y memoria junto a un conjunto de condicionamientos personales para estructurar un nuevo pensamiento.

En relación con lo expuesto, es conveniente seguir investigando y adoptar nuevos paradigmas pedagógicos que permitan comprender la importancia del autoconcepto para la construcción del conocimiento y generar así un nuevo conocimiento, una nueva episteme, que promueva la transformación en la praxis educativa.

4. Referencias

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Información adicional

Karen Tatiana Quintero Gutiérrez: Nacida en Mérida, Venezuela, el 31 de diciembre del año 1978. Profesora en Educación Integral con Distinción Magna Cum Laude de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL); Postgrado en Planificación y Evaluación de la Educación en la Universidad Santa María (USM); Doctorando en Ciencias de la Educación de la UPEL; Docente de educación primaria; Docente de pregrado y postgrado en la UPEL.

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